Codorníu Argentina
Marraso Roble Cabernet Sauvignon 2008
14% Grad. Alc.
Mendoza, Argentina.
Esta línea “Roble” de la marca Marraso la vemos hace algún tiempo por los anaqueles curitibanos, y aunque los recuerdos del “Reserva” son buenos, el color de ésta etiqueta en particular me hacía pensar que lo que encontraríamos adentro sería un vino con mucha madera, aquella sensación exagerada que sentimos con su compatriota Phebus cs, pero como hace unas semanas estaban de oferta en Extra, de RS 27,50 a RS 18,50 (unos US$ 9), nos animó y nos trajimos un 2009, y también nos arriesgamos con éste 2008, el primero a ser abierto.
A la vista, es negro hacia el centro, con bordes ocres hacia adentro y naranjas hacia afuera. Lágrimas medianas de poca intensidad, denota poca corpulencia.
En nariz, primera copa: madera intensa (&%#$”!*@...), vainilla, tostado. Segunda copa (una hora después) la madera bajó en algo, la vainilla se mantiene, algo afrutado, algo dulzón. Tercera copa (con casi dos horas de decantación) bajó aún más la sensación a madera, pero también la intensidad de lo afrutado. Cuarta copa (de ambos, con casi tres horas de decantación), de aroma muy leve, afrutado de poca intensidad.
En boca, primera copa (de ambos, directo de la botella): madera muy intensa y persistente (por la &%#$”!*@dre...), notas tostadas resaltan de más, se siente la vainilla, lo afrutado es opacado. Segunda copa (de ambos, una hora después): la madera bajó la intensidad, la vainilla es más perceptible, también lo afrutado, aquel dulzor como de frutas negras en compota. De final corto, retrogusto amaderado. Tercera copa (de ambos, con casi dos horas de decantación) la sensación a madera bajó ostensiblemente, las sensaciones afrutadas ganan destaque, como cerezas negras de mermelada; de leve a mediana corpulencia sin ser aguado; hay también toques de pimentón. De final medio, con retrogusto algo ahumado. Cuarta copa (de ambos, con casi tres horas de decantación) las sensaciones son prácticamente las mismas a las de la tercera copa resaltando que la sensación inicial a madera bajó todavía más, ¡aleluya!
Aunque es un vino joven aquella sensación inicial latente a madera nos animó a pasar una copa por el aireador (ya haré la entrada de aquel juguete) y el resto decantarlo. Al hacer esto último y con un poco de espera el vino se torna algo más armónico, más amable, aunque esa sensación de madera no desaparezca, imaginamos que esa es su propuesta, para personas que disfrutan plenamente dicha característica. Aunque está lejos de ser memorable, al precio encontrado no estuvo mal para acompañar la pizza.