Marruecos: desierto de Erg Chebbi

Por Amurielpina



Después de una "fresquita" y agradable noche de tertulia y fotografías, en la que apenas alguno dio pequeñas cabezadillas mientras su cámara seguía capturando el firmamento, amaneció. Al igual que al atardecer es fascinante ver como a medida que va levantando el sol va cambiando el color de la arena.



Qué menos que antes de partir de aquel lugar uno haga la foto de su sombra en el desierto, quién sabe si uno algún día volverá allí, espero que sí. Partimos pues hacia el alberque encima de los incomodos dromedarios guiados por nuestro Touareg, cual paje y tres Reyes Magos. Sin oro, ni incienso ni mirra, pero con buen material grabado en nuestras tarjetas.

Llegando al albergue nos encontramos a dos amigos de paseo. Uno con su bicicleta (No me veo yo entre las dunas subido en ella) y otro con el "zorro del desierto". Llama la atención que el cachorrillo tenga las orejas más grandes que su cabeza.


Después de comer partimos en un vehículo 4x4 para dar la vuelta entera por el perímetro del desierto de Erg Chebbi. Pasamos por el lago Dyet Srji, sí sí, un lago con sus flamencos y diferentes aves acuáticas en mitad del desierto, y por Khamlia, se le conoce como "la villa del pueblo negro" procedente de Sudán, es habitado por numerosos músicos Gnawas ó Bambaras que tocan música espiritual maravillosa.

 Gnawa, en Khamlia 
A través de varias pistas del antiguo Paris-Dakar, llegamos a Taouz, pueblo desolado, antiguo puesto avanzado de los franceses cerca de la frontera con Argelia. Allí vive un grupo de militares para el control de dicha frontera. En sus ratos libres jugaban al fútbol con un estilo peculiar digámoslo así.  Taouz


A la salida de Taouz en dirección sur se encuentran las minas de Kohl, maquillaje utilizado por las mujeres para embellecer los ojos. A pico y pala, expresión que en ocasiones solemos utilizar de forma metafórica en España, es la dura realidad que viven a diario los "mineros del Kohl", trabajando con más de cuarenta grados centígrados.

 Coincidiendo con el final de la "jornada laboral" continuamos nuestro camino hacia un lugar que marcó nuestro viaje, un imprevisto alto en el camino, una increíble historia que se merece un post exclusivo para ella. Próximamente...