Marruecos no es como el Levante

Por Expatxcojones

Aiman, Tánger, 2014. expatriadaxcojones.blogspot.com


Una chica me habló de él. Fue casualidad. Es su vecino. Un sirio. ¿En Marruecos? ¿Periodista? Enseguida le pedí su teléfono. Lo llamé. Quería conocerle.
Es difícil concretar un día y una hora. Su horario varia cada semana. Acordamos vernos el lunes. No se presenta a nuestra cita. Se disculpa mil veces y lo posponemos.
Espero que hoy todo vaya bien. De momento, llevo diez minutos esperando y no ha dado señales de vida. Le envío un mensaje. Me contesta que llegará en cinco minutos. Hasta que no lo vea no me lo creeré.
Entro en el bar. Pido un café con leche. El camarero tiene que salir a buscarlo a otro sitio. Se nos ha acabado el café, me dice. Ni me inmuto. This is Morocco. Ya estoy acostumbrada.
Oigo la llamada a la oración. El camarero me sirve y coge su alfombrilla. Se pone a rezar en un rincón. Siempre me pregunto como coño saben donde está la Meca. Algún día tendré que perder la poca vergüenza que me queda y preguntárselo.
Veo entrar a Aiman por la puerta. Es alto y tiene un porte elegante. Viste abrigo largo y bufanda anudada al cuello. Estos días está haciendo mucho frío. Me levanto. Nos saludamos y empezamos a hablar.
   —¿Qué hace un sirio en Marruecos?   Yo he nacido aquí. Mis padres vinieron en el año 76. Mi padre es profesor de lengua árabe. En aquel tiempo en Marruecos había pocos profesionales. Vino a trabajar. En principio sólo por un año pero aquí estamos.
Aiman ha estado en Siria sólo dos veces. Antes de la revolución. Iba a pasar las vacaciones de verano. Toda su familia vive allí. Le pregunto si hay diferencias entre sirios y marroquís. Me contesta con un proverbio de su tierra. Y se ríe.
   Marruecos no es como el Levante .
No lo entiendo. ¿El levante? Entonces él, con paciencia, me explica que los árabes se refieren al Levante cuando hablan de la zona que ocupan los países del Líbano, Siria, Jordania y Palestina. De ahí el proverbio. Marruecos no forma parte de esta región.
Bromas a parte, dice que hay muchas similitudes y, también, algunas diferencias. Me pone el ejemplo de España. ¿Son iguales los vascos y los andaluces? Pues es lo mismo. Todos somos musulmanes. Todos somos árabes. Pero cada zona tiene sus peculiaridades. Le aprieto. Quiero que me de al menos una característica que defina a su pueblo. A su gente. Me contesta con una palabra: Fuertes. Los sirios son fuertes.
Le pido que me explique lo que está pasando allí. Aunque cada día salen noticias en la prensa y en la televisión, sólo hablan de muertes. Explosiones. Refugiados. Y a mí me gustaría entender, por lo menos un poco, lo que está sucediendo.
   La situación es muy complicada.Lo sé. Inténtalo, por favor. ¿Tú cómo lo ves?—Durante cuarenta años el régimen ha gobernado el país con mano dura. Con la primavera árabe los sirios vieron la oportunidad de un cambio. La gente salió a la calle. Hubo muchas manifestaciones. Después de ocho meses el ejército usó la fuerza para acallar las protestas. Muchos altos cargos del gobierno no estaban de acuerdo y crearon otro grupo: El Ejercito Libre de Siria. En principio el pueblo lo aceptó. Esperaban que así se harían realidad los cambios que tanto anhelaban pero…   —¿Pero qué?   Hay muchos intereses en juego en esa región. Durante estos cuarenta años el gobierno no ha hecho nada para recuperar los Altos del Golán. Estos territorios pertenecían a Siria. Los perdió en las guerras del 67 y el 73.Desde entonces están ocupados por Israel. La comunidad internacional tiene miedo. Piensan ¿Y si el nuevo gobierno quiere recuperarlos? ¿Y si atacan Israel?    —…   Como te digo es una situación complicada. Intervienen muchos factores. Mira, te doy otro ejemplo: En Siria hay un problema de escasez de agua. Y, precisamente, en los Altos del Golán hay un gran lago. Actualmente el 25% del agua que abastece a Israel proviene ahí. Nuestro país necesita agua. Es nuestra. Un día…    —…   Aiman me habla de su familia. Viven en el norte del país. En la zona de Alepo. La comunicación con ellos es difícil. El gobierno corta las líneas y hacer una simple llamada de teléfono es toda una odisea. La vida allí es miserable, dice. No puedo resistir la tentación de preguntarle por el Estado Islámico.
   Para mí es una creación del régimen sirio junto con los príncipes de la guerra de Arabia Saudí, Los Emiratos Árabes y Qatar. Yo creo que también le conviene a Europa y a América. Sólo quieren dividir el país. Tienen miedo del cambio. Quieren preservar la seguridad de Israel a toda costa.
Últimamente en las calles de Tánger han aparecido refugiados sirios. Al principio yo no lo sabía. Sólo veía niños que mostraban sus pasaportes en los semáforos. No entendía porqué. Hasta que un día pregunté. Y me lo explicaron: Son refugiados. Piden limosna.
   Es muy triste. Son mis hermanos. Todos tienen una historia espeluznante. Tan pequeños… Se podrían hacer muchas películas de terror sobre sus vidas. Y que nadie haga nada. Las Naciones Unidas habla de tres millones y medio de refugiados fuera del país y más de siete millones dentro. Es una situación horrible. Y ahora el gobierno prepara elecciones. Parece un chiste. Hay tres candidatos pero la gente tiene miedo. ¿Quién crees que saldrá elegido? Bashar A-Asad. Es evidente. El régimen solo quiere seguir manteniendo su poder.
Le pregunto si alguna vez se ha planteado volver a su país.
   Antes lo pensaba. Vivir cerca de la familia. En Alepo. En Damasco. Siria es un país precioso. Pero con esta situación… Sólo en los últimos dos años han muerto veinticinco periodistas. Si viajas allí te arriesgas a que te secuestren o te maten. La situación es muy inestable. El gobierno controla unas áreas, otras están bajo la tutela de grupos islámicos moderados, los extremistas del Estado Islámico también tienen las suyas… es un follón. Una región puede pasar de unas manos a otras en cuestión de horas.
Ya tengo suficiente. No quiero continuar hablando de este tema. Es triste. Es complicado. Es una mierda. Después de esta charla todavía estoy más confusa que antes. No sé si algún día llegaré a comprenderlo.
Aiman es periodista. Trabaja en una radio. Se encarga de los informativos. Quiero que me hable de su trabajo y de las condiciones con que lo lleva a cabo. Le pregunto por la censura. Su respuesta es comedida. Lo entiendo. Podríaperder el puesto.
   Antes en Marruecos ser periodista estaba muy mal visto. Eras un don nadie. Con el tiempo se ha convertido en una profesión más respetada. El gobierno creó canales de televisión, radios,… todo con la intención de propagar sus mensajes. Este es el problema. Que los medios aquí son muy oficiales. No hay libertad. No puedes dar tu visión personal sobre las cosas. Hay temas que no se pueden tocar.
Me dice que su sueño sería trabajar para la cadena Al Jazeera. Que le gustaría casarse, algún día. Y ver a la gente de su país vivir en paz. No tenemos tiempo para más pero no lo quiero dejar ir sin hacerle una última pregunta. En realidad son tres. Él es joven y es musulmán ¿Qué hace para divertirse? ¿Dónde sale? ¿Cómo lo hace para conocer chicas?
   Somos musulmanes. Vivimos con contradicciones. Pensamos, porque así nos han educado, que hay cosas que podemos hacer y otras que no está bien que hagamos. Y ahí está la contradicción. Somos jóvenes. Queremos divertirnos. Ir a un bar. Conocer chicas. Tener sexo. Algunas cosas no están permitidas por el Islam pero nosotros pensamos que si somos buenas personas, al final, Allah nos perdonará.