Ni siquiera ha logrado que los Estados Unidos, protectores de Marruecos, le agradezcan el cambio de rumbo. joe Biden y el poder americano le siguen despreciando porque no se fían de él y porque gobierna aliado con comunistas amigos de Putin.
La única cosecha segura que ha obtenido Sánchez es la enemistad de Argelia y el posible cierre del grifo del gas, lo que constituiría otro de los muchos daños y estragos que el sanchismo ha traído a la desgraciada y cobarde España.
Es probable que Argelia, a partir de ahora, nos presione con el suministro de gas y con una migración que llegará desde sus costas con la misma intensidad que hasta ahora llegaba desde Marruecos. Es muy probable que Argelia, sabedora de que los españoles se acobardan fácilmente, nos invada con sus pateras para obtener sumisión y dinero, como ha hecho Marruecos con éxito.
En buena ley, la rendición "personal" de Sánchez al sultán marroquí constituye una traición de tal envergadura que debería costarle el puesto. Se ha quedado solo y nadie entiende su traición, ni siquiera sus compañeros de gobierno y aliados. Una vez más, los ciudadanos españoles, esos a los que los políticos llaman "soberanos" con hipocresía, han sido ignorados y ni siquiera se les ha proporcionado las claves y contenidos del acuerdo con Marruecos.
La tiranía de Sánchez ha demostrado con descaro y arrogancia que España no es una democracia, ni siquiera en las formas, y que el gobierno que el preside sólo es la torpe y fracasada dictadura personal de un tipo al que el grueso de su pueblo desprecia u odia por haberlo conducido hacia la pobreza, el descrédito internacional, el endeudamiento atroz, la debilidad, la inseguridad y un futuro lleno de tormentas y nubes.
Francisco Rubiales