Marruecos, protectorado corrupto

Publicado el 27 mayo 2015 por Joaquín Armada @Hipoenlacuerda

La rosa de fuego arde. Las llamas devoran veintitrés iglesias y edificios religiosos de Barcelona. Ocho conventos más son incendiados en la periferia esa noche del martes 27 de julio de 1909. El odio contra el clero comienza en los muelles del puerto nueve días antes como una protesta contra una guerra no declarada. ‘¡Arrojad vuestros fusiles!’ ‘¡Que vayan los curas!’ claman los familiares y amigos de los soldados de la Brigada de Cazadores de Reus. ‘¡Que vayan los ricos!’ gritan a las damas de la alta sociedad que reparten medallas y escapularios entre los reclutas forzosos. Sus hijos no van a Marruecos. 1.500 pesetas – una fortuna para un obrero de la época – permite eludir un servicio militar que dura tres años. Por eso la muchedumbre grita ‘¡O todos o ninguno!’ Algunos soldados tiran las medallas al suelo. Cuando la tensión estalla, los policías disparan al aire”.

“Hay algunas detenciones, pero el embarque se completa. Para completar la brigada, se ha llamado a los reservistas de quintas anteriores. Obreros y oficinistas, algunos ya padres de familia, parten a Marruecos para vengar la muerte de seis trabajadores que tendían las vías del tren que unirá una mina explotada por una compañía española con el puerto de Melilla. Nueve días después, en esa noche de martes de fuego, humo y odio, llegan a Barcelona las primeras noticias del desastre. A las afueras de Melilla, en un barranco en las estribaciones del monte Gurugú, los rifeños han tendido una trampa mortal a las tropas españolas. Hay 153 muertos y 599 heridos. La matanza del Barranco del Lobo es el primer desastre militar de la guerra de Marruecos. La ‘Semana Trágica’, la primera crisis provocada por un conflicto colonial que durará hasta 1927, quebrará el sistema político de la Restauración y forjará la carrera militar del dictador que gobernará España durante casi cuarenta años”.

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