Marta Alberdi: "Hace poco pensaba que había llegado hasta aquí por pura suerte"

Publicado el 09 octubre 2020 por Toni_delgado @ToniDelgadoG
Cronómetro de Récords entrevista a la escolta del Gernika 

Marta Alberdi e Itziar Ariztimuño durante un calentamiento en la Supercopa Liga Femenina Endesa de Bilbao. Foto: Alberto Nevado / FEB. 


Toni Delgado (@ToniDelgadoG) #baloncestofemenino #LFEndesa
Desde que acepta la videollamada por Skype, Marta Alberdi (Bizkaia, 2000) se muestra con la luz, la energía y la explosividad de unos fuegos artificiales. Cuando habla de alguien a quien admira o de algo que le inquieta o le encanta, abre más los ojos, se muerde un poco los labios, sonríe y hasta se queda sin aire. La escolta, que vive sus primeras semanas como jugadora del primer equipo del Gernika, es empática, bondadosa y persistente hasta el límite. Desconoce todavía su potencial.  
—¿Crees en la magia? Diría que sí.  
—Tienes magia. ¿A qué tipo de magia te refieres? 
—Las personas que cambiáis el estado de ánimo a los demás sois mágicas.  Desde pequeña, e independientemente de las circunstancias, siempre estoy alegre e intento contagiar mis ánimos y energía. Si para ti eso es magia... La tengo, y es bonita. Especial.
—"Marta me hace ser todavía más optimista dentro y fuera de la pista", asegura Itziar Ariztimuño, una optimista nata.  ¡Qué bonito, Itzi! Lo hago sin querer... Como mi rol en el equipo no es muy importante, intento ayudar mucho anímicamente.   
—Ya no está en el equipo, pero supongo que tenías química con ella... [Se ríe]. ¿Sabes a quién me refiero?¿A Juana Molina?
—¡Sí! Juana es tan positiva y bromista, y te arropa y te ayuda tanto...  

"Me encanta esta foto de un calentamiento. Es una risa tan contagiosa y bonita con Naiara, la capi...", confiesa Marta Alberdi. Foto: Txebi Arriaga. 


—"Me encanta su capacidad de seguir, seguir y seguir", destaca tu amiga Carla García.  
El tiempo me ha enseñado que las cosas llegan con trabajo y equivocándote muchas veces. Me encanta que me corrijan para mejorar y crecer.   
—¿Cómo acaba una defensa entre Itziar Ariztimuño y tú en un entrenamiento? Somos duras, pero con Itzi no puedo competir en esa faceta. Es una de las mejores defensoras de la Liga Femenina Endesa.  
—¿Tenéis una conexión mental difícil de explicar?¡Sí! [Se ríe]. A veces pensamos lo mismo, empezamos a cantar la misma canción a la vez... ¡Incluso un día nos vestimos igual! Es un vínculo extraño y precioso.  —¿Itziar Ariztimuño es como una hermana para ti?¡Sí! Físicamente es mi hermanita pequeña y mentalmente, mi hermana mayor. ¡Me ayuda en todo! Aunque las cosas vayan mal, está, y eso me encanta. Tiene carácter, es segura y una luchadora infinita. ¡Quiero ser como ella!  

Itziar Ariztimuño y Marta Alberdi, sonrisas sincronizadas. Foto: Maria Mentxaka / Gernika.


—"Me daba mucha rabia que Marta no se diese a valer. Siempre me comentaba que en su selección había gente mejor que ella o que no lo haría bien en algún partido. ¡Y vale muchísimo!", añade Carla García, capitana del Ulla Oil Rosalía¡Qué bonito! Es verdad, eh. Lo que veo en otras personas no lo veo en mí. Siempre me enfoco en lo que tengo que mejorar, y me cuesta apreciar qué hago bien y he conseguido. Hace poco pensaba que había llegado hasta aquí por pura suerte. 
Debutaste en Liga Femenina con 16 años, 11 meses y 27 días, has seguido vinculada al grupo y ya eres parte del primer equipo... ¿Tanto dura la suerte?[Sonríe]. Repaso mi trayectoria y... Ostras... ¡No está nada mal! Pero cuando Mario [López] me llamaba para subir con las mayores pensaba: "Vamos a ver cómo va". 
—¿Creías que lo hacía porque no había otra?Sí. Aunque Mario me aseguraba que encajaba bien en su juego y que le gustaban mis virtudes, pensaba que me lo decía para que me animase y me sintiese bien. Me pasaba lo mismo con mis padres y amistades. Ahora, que me está pasando todo esto bonito, me estoy empezando a dar cuenta del trabajo que he hecho.  

La entrevistada defendiendo a Maria Mongomo, del CB Bembibre. Foto: Maria Mentxaka / Gernika.


—¿Ya te das cuenta de lo que vales?  ¡Mucho más! Cuando ya se podía salir a la calle, después del confinamiento más duro, Mario me llamó para comunicarme que esta temporada quería una plantilla amplia y que veía que era el momento de que diese el salto después de tres años subiendo con el primer equipo... Estaba gritando por dentro de la emoción y, a la vez, en shock. Le dije que, por mí encantada, pero que tenía que hablarlo con mis padres para compaginarlo con los estudios. ¡Estaba en una nube! La emoción de subir con ellas a entrenar o a un partido está bien, pero el sentirte ya parte del equipo es alucinante. Ha sido la mejor llamada de este 2020.  
—¿Hasta ese momento soñabas con ser miembro del primer equipo o ni te lo habías planteado? Disfrutaba estando en el grupo, pero nunca pensé que llegaría a ser jugadora del primer equipo. 

Concentrada. Foto: Maria Mentxaka / Gernika. 


—¿No llegaba a ser un objetivo claro para ti entonces? 
Era un reto, pero como no estaba segura de mí misma... Como creí que no iba a alcanzarlo, lo tenía en un segundo plano. Me centraba en disfrutar al máximo de las oportunidades. Era como un sueño secreto.  
—¿Quién es Mario López para ti?Alguien que siempre ha confiado en mí y que te exige por tu bien. El manejo del balón nunca se me ha dado muy bien y todos los veranos lo trabajamos una barbaridad. Es una gozada que Mario esté tan encima de ti corrigiéndote. Le encanta que sus jugadoras crezcan. 
—Estoy convencido de que tú como entrenadora harías, más o menos, lo mismo.  ¡Es cierto! Dirigí a minis en su primer año de competición. Me llevaban a niñas que no sabían hacer una entrada y estuvimos dos semanas con ejercicios diferentes que tenían ese propósito.  Cuando veo algo que no me sale, insisto hasta que lo consigo. 

Marta Alberdi atendiendo a la prensa. Foto: Maria Mentxaka / Gernika. 


—Te cuesta enojarte con alguien y lo haces rápido contigo misma.  Sí... Cuando era júnior y fallaba una entrada, me enfadaba tanto que, inconscientemente, me iba del partido... Mis padres me ayudaron a ver que, para hacer las cosas bien, tienes que fallar mucho antes. Si te equivocas en un ataque, ¡céntrate en la siguiente defensa...! A mi padre, Joan Ander Alberdi, que fue un defensa físico y duro del Gernika, también le pasaba lo mismo. Ahora me cuesta mucho más enfadarme conmigo misma.  
—Ninguna jugadora gritó más que tú para celebrar la victoria del Gernika ante el Valencia Basket en la Supercopa Liga Femenina Endesa. [Se ríe]. ¡Parecía que habías metido la canasta decisiva! ¿Llegas a quedarte ronca de lo que gritas animando? Es verdad, volví a casa sin voz. ¡Tantas emociones y nervios me tenían que salir por algún sitio! Llegué a la piña, me abracé con Itzi y nos quedamos mirando embobadas, con los ojos como platos. Era mi primer partido oficial como jugadora del primer equipo y me dejé la garganta.

El grito coral de un equipo muy coral tras vencer al Valencia Basket en la Supercopa Liga Femenina Endesa. Foto: Alberto Nevado / FEB.


—Diría que te encanta el contacto con la grada.  ¡Y formar parte de ella! Fui como espectadora a la Copa de la Reina de Girona y no solté el megáfono.  —¿Eres una hooligan camuflada en jugadora?Sí, sí. ¡Soy una hooligan de corazón! [Risas]. Agradecerle al público su apoyo es tan bonito... Me acuerdo cuando nos pusimos a cantar con la grada en la Copa de Vitoria-Gasteiz y como yo me sé todas las canciones... ¡Lolololololo, lolololololo! ¡Buah! ¡Me encanta compartir esos momentos! 
—"Es fantástico trabajar con Marta porque dentro de la pista se exprime al máximo y fuera te lo hace todo mucho más fácil", te retrata Itziar Ariztimuño.  Buff... Me emocionan sus palabras.... Me interesan las personas, me flipa estar con gente, por eso estudio el doble grado de CAFD (Ciencias de la Actividad Física y el Deporte) y Educación Primaria. Me encanta conectar emocionalmente con las personas. ¡Nos lo pasamos tan bien y nos reímos tanto en el equipo...! Cuando vuelvo a casa pienso: "¡Qué bien! Mañana las volveré a ver".  

Marta Alberdi no se separó de su megáfono en la Copa de la Reina de Girona. Foto: Alberto Nevado / FEB.


   
—Pero ves en Itzi cosas que tienes tú... ¿Sois muy parecidas? [Risas]. Tenemos muchos aspectos en común. Ambas nos ponemos en la piel del resto. Prefiero pasarlo mal yo y ayudar a esa persona. Aunque a veces, cuando no te llega el feedback, te quedas como... 
—La empatía te ayuda a saber rápido cómo son las personas. Es cierto. Antes ayudaba a cualquiera, aunque me odiase, pero, si te fijas, sabes quién se lo merece y quién no. Yo soy así. Si no valoras cómo soy, me perderás.  —Después de ver el documental The Last Dance [El Último Baile], ¿Michael Jordan sigue siendo tu referente o todavía lo es más? Desconocía y me sorprendió que le exigiese tanto a sus compañeros. Las personas con tenacidad y fuerza de voluntad son fuente de inspiración. Michael Jordan es el exponente del "seguir, seguir y seguir".  
—¿En qué jugadoras te fijas? Me quedaría con la elegancia y la visión de juego de Belén Arrojo; el corazón de Naiara Díez; el trabajo de Itzi Ariztimuño; el carácter y la fuerza interior de Paula Ginzo; la chispa y la sonrisa dentro y fuera de la pista de Rosó Buch; el tiro exterior de Angie  Bjorklund; el descaro para entrar de Mima Ivanovic; los movimientos de pies de Nogaye Lo; la agilidad y el salto de Margaret Roundtree; el carácter de Laura Cornelius; y la capacidad de concentración en la pista de Nadia Colhado, que fuera es un poco bromista. ¡Qué suerte tengo de poder entrenarme y jugar con estas cracks!  

La química en el Gernika es un secreto a voces. Foto: Alberto Nevado / FEB. 


—¿El día de tu debut en Liga Femenina sabías que jugarías? No, y creo que fue lo mejor, ya que me habría pasado el partido pendiente de cuándo saltaría a la pista... Fue en Maloste y ante el CD Zamarat y estaba tan nerviosa que... ¡Me temblaban las piernas! Me centré y disfruté de los minutitos. Nunca olvidaré ese momento. 
—¿Cómo es Maloste?  Una maravilla si es tu pabellón porque tienes al público encima. En el calentamiento hasta puedes escuchar las conversaciones... [Se ríe]. Como rival debe de ser complicado porque la marea granate no deja de animar. ¡Maloste es emoción!  
—¿Además de ir a Maloste, qué nos recomiendas hacer en Gernika? Ir de pinchos, disfrutar de la belleza y la tranquilidad de los Jardines del árbol de Guernika [Gernikako Arbola], un ejemplar de roble precioso [que simboliza las libertades tradicionales de Bizkaia y del resto de Euskadi]... Luego saldría de Gernika y me iría por la costa para descubrir cada rincón... Desde pequeña he crecido al lado del mar, con el que tengo una conexión especial... Me quedo mirándolo mientras escucho música. ¡Qué tranquilidad!  
—¿Es el único momento en el que descansas? ¡Diría que sí! [Risas].  
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