Marta Rovira se marcha de España, es decir, de Cataluña como diría esta mujer que defiende la independencia. Ahora va a defender la independencia de su nación catalana en el exilio. Se suma al grupo de exiliados capitaneados por el señor Puigdemont. marta Rovira ha pensado que se vive mejor en el exilio. No le falta razón.
Los Reyes destronados también defendían sus Coronas en el exilio. Isabel II, la lejana antepasada de nuestro Felipe VI, buscó refugio en Francia. Vivió muy bien en su exilio francés, tan bien o mejor como había vivido en un Madrid donde compartía palacio con un marido que no estaba a la altura de sus deseos sexuales. Marta Rovira hace bien yéndose. Yo de ella haría lo mismo. Miras la casita que encontró Puigdemont en Waterloo y te vienen ganas de coger un billete de avión para Bruselas.
Pronto veremos a la secretaria general de Esquerra Republicana con un nuevo look. Esta mujer que ha anunciado su decisión de no acudir a la cita del Tribunal Supremo y dejar el país seguro que aprovecha para ponerse guapa e iniciar una vida placentera mientras los de aquí sueñan con un país con ejército propio nutrido por una mili reinventada para las clases bajas de Cataluña.