Canta una canción, con la música del
himno de España poniéndole letra, y arma un pequeño revuelo. Vaya, a mucha
gente le gusta la ocurrencia, los líderes de algunos partidos del lateral
derecho dicen que les gusta, los del lateral izquierdo, pasan, no se quieren
pringar.
Es un buen arranque de campaña publicitaria
para la cantante. La letra de la canción es empalagosa y mala, por muchas
razones que no vienen al caso, porque lo importante no creo que sea hablar en
concreto de esa canción/letra, que en todo caso gustará a unos y disgustará a muchos
millones de españoles. Pero, hay más.
El himno de España no tiene letra
porque más de la mitad de los españoles quedó siempre excluido de la
representación simbólica del conjunto. Los símbolos de España se los apropiados
unos cuantos expulsando a los demás. En la Transición se perdió una gran oportunidad
para hacerlos inclusivos, no encontraron acuerdos, y se optó por no agravar la
herida. Reconozcamos que con tanto por construir, resultaba difícil encontrar en
poco tiempo una letra aceptable para amplias mayorías, máxime cuando en aquella época ya sabíamos que todos los himnos
de los países decían burradas, incluso aquellos aceptados ampliamente y que
sonaban bonitos, como La Marsellesa.
El problema del desapego por la
Patria de más de la mitad de los españoles, es un serio problema, pero solo es
un aspecto de la cuestión, el otro es la carcunda de este país –incluido en
ella las carcundas nacionales- y el ansia que tienen por apropiarse todo lo que
nos rodea. La derecha, aquí, siempre fue excluyente, pretendió imponer por la
fuerza su historia a todos los demás, quiere imponer sus ideales, aspiraciones
y símbolos al conjunto del pueblo, que los rechaza por no contener los suyos.
Solo con elementos comunes que
integren las ideas simbólicas del conjunto podrá generarse ilusión colectiva de
amplias mayorías. Pero es francamente difícil sentirse incluido en algo común
en un país todavía plagado de fosas por carreteras, campos, pozos… con decenas
de miles fusiladas en ellas. Es muy difícil lograr un himno común siendo uno de
los países del mundo con mayor número de desaparecidos. La carcunda española es
muy torpe, y desalmada, pero tiene mucho poder, la derecha española solo logró embridarla
en el comienzo de la transición y la gente, sus votantes, un tercio de
españoles deben entender estas cosas de una puta vez.
Encontrar aspectos integradores es
una necesidad acuciante, como ha demostrado el proceso secesionista, en el que
millones de españoles no se han sentido concernidos. La secesión de un
territorio, con historia común de cientos de años y que supone la quinta parte
de España, durante años no suscitó preocupación en amplísimas mayorías
superiores al 95%, como reflejan los estudios del CIS. Solo en los últimos meses
y ante la inminente proclamación de la República Catalana los españoles
mostraron algo de preocupación.
Lo anterior tenía que ver con la
poca atención mostrada por el Gobierno Rajoy, también por la incomprensión de
lo que estaba ocurriendo y sus implicaciones en la vida diaria, pero sin duda también
influye el sentimiento de sentirse excluidos de este país, agravado tras la
crisis.
El poco apego al himno y los
símbolos nacionales son la manifestación de un problema de fondo, la ausencia de Patriotismo democrático.
unos pocos se han apropiado de lo simbólico, -y otros hemos dejado que nos
robaran nuestra historia-, ocultaron y destruyeron todo aquello que podía despertar
emociones en más de la mitad de españoles, que solo ven que la identificación
de los símbolos de España se realiza con una parte y nunca con una historia puesta
en común.
Para muchos, solo la II República
aparece simbólicamente progresista, y eso que como todo símbolo, se tergiversa
y oscurece, se callan unas cosas y exageran otras, la gente salva el anarquismo,
socialismo y comunismo, y la solidaridad de las Brigadas Internacionales, pero
resulta que los republicanos son altamente desconocidos, considerados enemigos
de los anteriores por burgueses, venían de una tradición ilustrada y regeneracionista
española de la que podrían sentirse orgullosos muchísimos españoles.
La
tradición ilustrada, progresista,
de los españoles del XVIII y XIX es desconocida por la mayoría, aquí la
Ilustración han querido taparla tras la cortina que exageraba la participación
de Carlos III y la cohorte modernizadora monárquica, cristiana… lo menos
importante de aquellas tradiciones. Una resultante de la Ilustración española
es la Constitución de 1812, que plasma ideas de las más progresistas de Europa,
fue posible no solo por cientos de intelectuales, también porque miles de
españoles de todas las Españas empujaron en esa dirección progresista.
Es cierto que al poco tiempo, la
reacción los venciera, pero dejaron multitud de experiencias y logros con los
que congratularnos de ser españoles. La historia de España, como de Francia,
Italia, Reino Unido, Bélgica,… está plagada de contradicciones y luchas
internas entre a) progreso con ingredientes de laicismo, racionalidad, libertad,
igualdad, solidaridad, soberanía popular… y b) la tradición y el pasado, que
reafirma el poder, la educación, los comportamientos sociales y privados en la
religión y monarcas, el Antiguo Régimen.
Muchos españoles no quieren sentirse
tales, por un lado no quieren se los identifique con las derechas, que es la
representación de España, por otro muestran un complejo de inferioridad por lo
que les contaron y ocultaron. Pero el fascismo existió ampliamente en Francia,
Reino Unido e Italia, y por supuesto Alemania, una feroz represión y
explotación de esclavos en África fue realizada por Alemania, Francia y Bélgica…
el Reino Unido explotó sus colonias durante mucho tiempo masacrando poblaciones…
no, de ninguna manera fueron más democráticos ni progresistas que nuestros
antepasados. En todas partes embellecen
su historia, todos los países tuvieron luchas internas entre posturas contrarias, pero lograron unificar
un relato histórico amable e inclusivo que pudiera sumar mayorías inmensas de
población.
‘'Cuando hablen de España y los españoles, incluyan al
último Jefe del Gobierno durante la II República, Sr. Negrín, y al Presidente
de la II República, Sr. Azaña, y a todos los españoles que lucharon por la
igualdad, la libertad y solidaridad. Y para comparar con la lista de
catalanistas del XIX, citada anteriormente, facilito una serie de nombres de
españoles que convendría conocer, de la misma época pero éstos son
progresistas, regeneracionistas, ilustrados,… científicos, catedráticos,
pensadores, escritores, colaboradores de publicaciones liberales, republicanas,
socialistas, anarquistas,…
Leopoldo Alas Clarín, Rafael Altamira, Álvaro
Alvarez-Buylla, Gumersindo de Azcárate, Pío Baroja, Eduardo Benot, Julián
Besteiro, Vicente Blasco Ibáñez, Ignacio Bolívar, Odón de Buen, Cossío,
Joaquín Costa, Rafael María de Labra, Joaquín Dicenta, Pedro Dorado, Pedro
Estasén, José Fernández Nonidez, Francisco Giner de los Rios, Augusto González
Linares, Anselmo Lorenzo, Antonio Machado, Lucas Mallada, José Martínez Ruiz,
Benito Pérez Galdós, José de Perojo, Adolfo Posada, Santiago Ramón y Cajal,
Manuel Revilla, José de Rodríguez Carracido, Rafael Salillas, Nicolás Salmerón,
Aniceto Sela, Luis Simarro, González Solás y Saavedra, Miguel de Unamuno,
Federico Urales, José Ustáriz, Jaime Vera, Antonio Zulueta… son unos pocos
españoles que chocan con esa idea rancia de lo español fabricada por algunos
para intentar justificar su placentera supremacía moral/intelectual. 'Una de las dos Españas. Arian seis'''