Marta Xargay, durante el partido - FEB.
Tiene perfil de delegada de clase extrema, de aquellas que estarían capacitadas para impartir la lección si el profesor perdiese el hilo o tuviese que irse un momento. Marta Xargay (Girona, 1990) es una jugadora para todo y para todo tiene una respuesta. Funciona tanto de 1 como de 2 y de 3, pero también se desenvuelve de 4, con lo que es un tesoro para cualquier entrenador. De hecho, ella mismo parece ser en la pista: corrige, anima, motiva y no se deja ni medio aliento. Xargay es una jugadora de raza, una líder que sabe
atender a las veteranas y acompañar a las más jóvenes. Por su garra y carisma, recuerda a la que fue su mano derecha en el Perfumerías Avenida, Isa Sánchez, que ahora es ayudante de Lucas Mondelo en una España que convierte el partido más trascendente, como todos unos cuartos de final de un Mundial como el de Turquía, en una cita alegre como el patio de colegio, pero siendo muy seria los 40 minutos. Aunque esta vez se tomase un pequeño descanso al final. China se quedó tiesa (71-55) al primer pestañeo de Sancho Lyttle, inmensa con 24 puntos, la velocidad de vértigo de Marta Xargay o la omnipresencia de Laura Nicholls (14 rebotes), y la selección sentenció su pase a la segunda semifinal de su historia en el primer cuarto (20-9). Nada que ver con el sufrimiento ante Francia hace cuatro años en la República Checa para alcanzar el mismo cruce. Esta vez su rival por un puesto en la final será la anfitriona Turquía, que doblegó a Serbia por 62-61.
Xargay asume y pide responsabilidades y no deja de pensar en el equipo. Uno de sus grandes recuerdos deportivos es haber levantado a la vez la Copa de la Reina de Arganda del Rey con Isa Sánchez, el único título de clubes que le faltaba a la sevillana. Marta también tiene memoria para tiene muy presente que su debut con la absoluta en un gran torneo coincidió con la decepción en el Eurobásket de Polonia, donde no pudieron acceder a cuartos y, por tanto, no pudieron optar a jugar los Juegos Olímpicos de Londres. Desde entonces fue un pilar imprescindible para el oro en el Europeo de Francia y lo está siendo en el Mundial de Turquía para alcanzar otro metal. El camino para conseguirlo es continuar con el recorrido trazado: las ayudas, la defensa, la humildad y la velocidad de movimientos. En el primer cuarto a Lyttle llegaron a repartirle una asistencia hasta tres jugadoras (Nicholls, Laia Palau y Anna Cruz), mientras que los dos regalos de Alba Torrens, lanzada en el tramo final, fueron para la propia Xargay, que no falló las dos penetraciones. Con coraje, pero sin acierto ni réplica (35-17), a China le costó casi 16 minutos montar su primer contraataque y a Shao, una de las máximas anotadoras del grupo, hasta 29 meter su primer punto, y desde la línea de personal. Mordían Torrens y Lyttle, se divertía Silvia Domínguez llevando la manija del grupo y metiendo un triple desde lejos, que Laia Palau, la veterana más juvenil y decisiva, disfrutaba casi como si fuese la canasta del triunfo. "Seguimos. Hay que meter miedo", insistía Lucas Mondelo, en el último tiempo muerto, con poco más de siete minutos por jugarse y 63-37 en el marcador. Por una vez, el mensaje no surtió efecto y el grupo se relajó ante la insistencia de Li y sobre todo de Sun. La victoria estaba asegurada y Marta Xargay, uno de los grandes activos de una Liga Femenina, que año tras año despide a algún equipo por problemas económicos y alguna estrella, ya había estrechado sus manos con cada una de sus compañeras. "Estoy muy orgulloso de mis chicas pase lo que pase de aquí en adelante", recalcó Lucas Mondelo en la rueda de prensa. El bronce del Mundial de la República Checa puede quedarse pequeño.