Y... ¡allá va!
Género: Ciencia ficción
Duración: 141min
Basada en: The martian, de Andy Weir
Guón: Drew Goddar
Año:2015
Sinopsis:
En el transcurso de una misión tripulada a Marte, el astronauta Mark Watney (Matt Damon) es dado por muerto y abandonado por sus compañeros de tripulación tras una violenta tormenta. Sin embargo, Watney sobrevive y se encuentra solo y abandonado en ese planeta hostil. Con escasos suministros, Watney deberá recurrir a su ingenio, humor y espíritu de supervivencia para subsistir y encontrar una forma de comunicar a la Tierra que sigue vivo. A millones de kilómetros, la NASA y un equipo internacional de científicos trabajan sin descanso para traer al “marciano” de vuelta, al mismo tiempo que sus compañeros de tripulación planean una temeraria, si no imposible, misión de rescate. Mientras todos estos acontecimientos se desarrollan, el mundo entero se une para pedir que Watney regrese sano y salvo.
Al principio, cuando decidí que iba a comprar una entrada para ver esta peli, me esperaba un conjunto de tragedias y dramatismo como en otras películas de este estilo. Me equivoqué.
Logra transmitir muchísimo con escenas no muy complicadas, y los efectos especiales y los hechos que se muestran rayan la posibilidad de que la historia pueda suceder en la vida real. La forma en la que Mark Witney sigue adelante a pesar de su crítica situación, inspira y irradia fuerza a través de la pantalla, pues, tal y como plantea, cuando algo sale mal tienes dos opciones: abandonar por completo, o resolver un problema tras otro hasta llegar con la solución correcta, la solución que te lleve de vuelta a casa. Ésta forma de pensar me hizo racionalizar muchísimo sobre el día a día; te juro que pensé:"quiero ser como él, quiero enfrentarme a la realidad como si de un problema de matemáticas se tratara. Creo que así conseguiría despejar la incógnita de la felicidad".
Acción, decisiones descabelladas, un planeta deshabitado y un astronauta que no piensa darse por vencido.
¿Te lo vas a perder? Pues no deberías.