Me tomo casi como obligación escuchar música en mi pueblo, más si se unen en un concierto tantas razones emotivas y nuevamente un Martes Santo: cantaba "El Orfeón", mi primera escuela coral; dirigía Sandúa, uno de los culpables de mi amor por el órgano, precisamente en esta Iglesia, y quien me presentó a Don Alfredo de la Roza en los tiempos de la Capilla Polifónica, de quien este martes escuchamos dos obras: una propia a raíz del funeral en 1964 del Arzobispo Francisco Javier Lauzurica, más la armonización de una canción cristiana que es de todo un clásico de las marchas procesionales, compuesto por otro sacerdote músico como Monseñor Gabaráin.En lo estrictamente musical nos reencontramos con la formación coral decana de Asturias y una de las más veteranas de España en un programa exclusivamente sacro para este concierto en plena Semana Santa, presentando cada tema quien ha vuelto a ser elegido recientemente como presidente, mi colega de profesión ya jubilado Eustaquio Álvarez Hevia, palabras las suyas siempre medidas, doctas y sinceras, como en él es habitual. Obras todas sentidas, bien interpretadas bajo la dirección atenta de Sandúa (que sigue dando los tonos desde un teclado), con cuerdas bien compensadas a pesar del paso del tiempo, trabajando duramente la técnica y buscando la afinación correcta, imprescindible en toda formación, empaste ayudado por la elección de las obras y la acústica perfecta de estos recintos eclesiásticos, al menos en coros "a capella". Repaso siempre bueno de partituras ya estudiadas, algunas en tiempos de Vicente J. Sánchez pero que Sandúa ha mantenido con su "estilo" y grabado en el último CD, , y esta vez repitiendo el mismo programa del año pasado que el día anterior cantaron en la Iglesia de San Juan pero de la capital, volviendo a destacar entre todas la del húngaro Bárdos por su enorme dificultad, y la cercanía de Don Alfredo. Nuestro Orfeón sigue al pie del cañón y el pueblo de Mieres apoyándole, pudiendo presumir incluso de tener una calle.
"Del sacrificio de Jesús por nuestra salvación"
-In monte Oliveti (José Ignacio Prieto)
-Stabat Mater (Zoltan Kodaly)
-Memento mei Deus (Alfredo de la Roza)
-Eli! Eli! (György Deák Bárdos)
-O Jesu Christe (Jacob / Jacquet Van Berchem)
"De la esperanza del Señor"
-Ave Maria (J. B. Tresch)
-La muerte no es el final (Cesáreo Gabaráin / armonizada a 4 v.m. por A. de la Roza)
-Señor, me cansa la vida (Juan Alfonso García / A. Machado)
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