Martes y trece…

Publicado el 13 noviembre 2012 por Siempreenmedio @Siempreblog

Martes y trece. Toma. Para alguien que no cree en estas cosas de las supersticiones es un día más. Y en estas ocasiones siempre me acuerdo de la famosa ley de Murphy: “cuando la tostada cae al suelo siempre cae del lado de la mantequilla”. Pues no. Lo que pasa (entre otras cosas) es que, de todas las veces que se nos cae la tostada al suelo, solo recordamos esa vez en que cayó del lado de la mantequilla y se llenó de pelos de gato (¡puaj!). Nuestra memoria selectiva solo recuerda lo que le interesa, tal vez para protegernos. Personalmente, cuando se me cruza un gato negro no siento escalofríos. Eso sí, cuando paso bajo una escalera me da un poco de yuyu (básicamente por si se me cae algo encima). Puede que el origen de algunas supersticiones tenga una explicación…

El número trece puede estar asociado a los trece comensales de la última cena (eso se dice en los entornos donde se habla del temita). Pues parece que el comensal del número chungo era Judas el traidor, que acabó colgándose de un árbol roído por la culpabilidad. No me dirán que eso es mala suerte. Mala suerte fue la de Jesús, que las pasó canutas. Sin embargo, quitando estos dos casos, ¿qué me dicen del resto? Que nos quedan once y alguno escaparía, que hasta escribieron libros y todo, pasaron a la historia como santos sabios y  tienen best sellers que se han traducido a casi todos los idiomas del mundo. Y estaban en ese grupo de trece.

Lo del martes ya se me escapa… Vale que digan que el martes trae mal fario porque Marte era el dios de la guerra… pero para los anglosajones no es el martes y trece, sino el viernes trece… Ya me dirán qué justificación tiene eso (el viernes negro, el viernes sangriento… seguro que algo chungo pasó en viernes por aquellos lares y ahí se ha quedado). Todas las culturas tienen supersticiones. A mí un día me regañaron por abrir un paraguas dentro de una casa… porque espantaba la lluvia. Eso, de justificado tiene poco. Eso es miedo básico (en este caso a las épocas de sequía). Lo mismo que echar sal por encima del hombro si se te derrama el salero. Que sí, que seguro que alguna explicación tiene, pero ya me dirán qué arreglamos tirando sal…

Resumiendo, y a lo que iba: ¿quién habrá sido esa persona tan desgraciada que vivió un hundimiento celebrando su boda en un barco un martes y trece? Porque de algún sitio saldrá tamaño aviso…

Aquí les dejo con un interesante vídeo (todos los capítulos del programa “Escépticos” son interesantes) sobre supersticiones: http://www.eitb.tv/es/video/1207454743001