Un fuerte pulso narrativo
Garrido y Abarca han roto el molde. Después de sentar las bases del thriller de psicópatas diletantes con Crímenes exquisitos, demuestran con Martyrium que no les gustan los caminos fáciles, rompen la baraja y nos adentran en una novela más complicada, escrita a golpes de intuición, derrochando excesos, desarrollada por medio de geniales estallidos de violencia, ambientada en la Ciudad Eterna, Roma…En las vísperas de que la magistrada Rebeca de Palacios destape un importatísimo caso de corrupción y trata de blancas, es avisada de que su hija ha sido secuestrada y chantajeada para declarar la inocencia de su acusado. Entretanto, en Roma se suceden los crímenes de Il Mostro, lo que hará que allí coincidan, guiados por la fuerza del destino, la inspectora Valentina Negro y el criminólogo Javier Sanjuán.
Si bien Crímenes exquisitos seguía una línea, digamos, más convencional, en Martyrium los autores apuestan por un manierismo que lo invade todo, un horror vacui que les hace agredirnos con infinidad de tramas y detalles, como en un juego de muñecas rusas que no se agotará ni siquiera cuando llegue la palabra «FIN». Lo mejor de todo es su sabiduría al escanciar la acción y el horror a cada página, yendo siempre a más y sin decepcionar en ningún momento. Además, se nota que la novela está bien pensada y limada, como una perfecta maquinaria que solo puede avanzar: con más conchas que un galápago, no encontraremos en sus páginas puntos muertos o elementos superfluos.
las callejuelas de Roma durante los carnavales
Añadamos a este fuerte pulso narrativo, alimentado por acción firme e imparable, el preciosismo de la ambientación —las callejuelas de Roma durante los carnavales, el interior de las iglesias de noche— y no costará trabajo calificar a esta novela de operística y tremendista. Además, gracias a sus teatrales apariciones y macabras performances, Il Mostro se convertirá en una abstracción, casi un espectro capaz de aparecer y desaparecer por arte de magia, como los más misteriosos asesinos del cine de Mario Bava.
Ciertamente, Martyrium podría saturar o desbordar a los lectores más cartesianos, por así decirlo. Pero sin duda atraerá como un imán a los que quieran buscar lecturas más poéticas o esotéricas. De hecho, aunque la novela nos hable de pecado y castigos ejemplares, de catolicismo y transgresión, acaba derivando en una burla cruel a Dios…
Versátil, 2013Compra en Casa del Libro
David G. Panadero