Ganas, muchas ganas teníamos de que una de las mejores sagas del Gigante Esmeralda estuviera reunida en un único tomo. Porque si algo merece Planet Hulk es que sea una edición “potente” como el personaje. Y, si no me equivoco, es el Marvel Deluxe mas “tocho” hasta la fecha.
¡Y no se te duermen los brazos al sujetarlo!.
Poneos la armadura, agarrad espada y escudo y seguid a Espartaco…diiigo Gladiator…(este tampoco)…a Cicatriz Verde en su viaje a Sakaar, en un exilio que tendrá consecuencias trágicas. Porque ya sabemos que Hulk es sinónimo de destrucción…
En realidad, Greg Pak no nos cuenta nada que no hayamos leído antes, pero que Hulk se convierta en un Conan en la manera de moverse, pensar o amar, nos hace sentir que el personaje tiene su sitio en planetas salvajes e inhóspitos y no en la tierra, una cárcel para alguien como él. Con un Pagulayan y un Lopestri soberbios (aunque me quedo con el primero), tenemos en la historia los ingredientes que tanto nos gustan a los amantes de la épica: Esclavo que en la búsqueda de la libertad se convierte en un símbolo y que termina por conquistar tierra y corazón de su amada. Batallas, sangre, armas de todos los tamaños y condición, camaradería y amistad…está claro que tenemos una de esas historias que merece la pena leer.
El final es digno del principio. Esa frase de Hulk “Por qué no dejar los humanos en paz a Hulk” es la que simboliza al personaje, quien ve su felicidad rota, dando paso a World War Hulk. Luego llegó Loeb y lo fastidió todo, pero esa es otra historia.