-AVISO SPOILERS-
La segunda película sobre Thor (Chris Hemsworth) es menos estática y dubitativa -y menos camp y pseudoshakesperiana- que la primera entrega dirigida por Kenneth Branagh en 2011.
Thor: el mundo oscuro apuesta por la fantasía heroica, tiene más acción y en algunos momentos recuerda incluso a un peplum italiano: cuando Thor lucha con el elfo oscuro Kurse (Adewale Akinnuoye-Agbaje). Y todo eso está muy bien.Las batallas multitudinarias iniciales vibran con buen pulso y
el descubrimiento por parte de los científicos terrestres de un nuevo portal entre dimensiones, tiene un adecuado sentido de la maravilla. Donde falla esta película -en mi opinión- es en la explicación, farragosa, del conflicto central. Hace falta un prólogo con la voz en off de Odin (Anthony Hopkins), y luego que éste consulte un antiguo libro sobre la historia de los elfos oscuros, para explicar la naturaleza del éter que, aún así, nunca queda del todo clara. Eso a pesar de que no es más que el macguffin de la historia.Por suerte, pasado ese obstáculo, la película retoma un ritmo aventurero muy disfrutable. Lo mejor es probablemente e
l viaje que emprenden Thor, Loki (Tom Hiddleston) y Jane (Natalie Portman) -los tres personajes con más entidad- pero lamentablemente esto dura muy poco. A pesar de cierta frialdad, Thor: El mundo oscuro es una aventura más que digna, que se habría beneficiado de un poco más de desparpajo.