Acordaron Ada y Carbonell en investigar más al detalle al Conde Vlad Bathory infiltrando la mansión a fin de obtener la información necesaria que les permitiera resolver el famoso crimen de los Jueces del Reality. Durante varios días le montaron vigilancia a la casa y encontraron que una chica llamada Mary trabajaba como sirviente haciendo el oficio de lavado de las ollas y la vajilla. Mary solía salir todos los domingos bien temprano en la madrugada y volvía antes del crepúsculo. Uno de esos domingos NO volvió a aparecer y nunca se supo qué ocurrió con la chica, por tanto, el mayordomo de la casa se vio forzado a abrir una vacante, la cual fue aprovechada para que Ada pudiera postular a tan noble posición en una casa tan distinguida.
La entrevista de trabajo se llevó a cabo en el subterráneo de la mansión, que era una sección bastante grande para alojar a los todos los sirvientes del Conde y a la vez contenía la cocina, el salón de comedor de la servidumbre, la alacena, taller de reparaciones mecánicas y había un cuarto en donde el mayordomo tenía su oficina privada. Era casi que una ciudadela en donde vivían los criados del Conde. Ada no pudo conocer la parte de arriba de la casa ese día, que es en donde habitaban los Señores de la Casa, su familia, sus invitados, la nany, los tutores y la institutriz.
El hombre miró a Ada de arriba a abajo y de cabo a rabo, y se limitó a pasarle una hoja, le dijo que si estaba de acuerdo con las reglas, el puesto era suyo. Ada tomó la hoja y leyó lo siguiente:
Normas del Servicio Doméstico Reglas del Hogar
Nunca deje que su voz sea escuchada por las damas y caballeros de la casa, excepto cuando sea necesario, y luego lo menos posible. Siempre "dar paso" si se encuentra con alguno de los Condes o Superiores en las escaleras. Siempre permanezca quieta y mantenga las manos tranquilas al hablar con una Dama o cuando le hablen, y mire a la persona que le está hablando. Nunca comience a hablar con Damas y Caballeros a menos que sea para entregar un mensaje o hacer una pregunta necesaria. Los sirvientes nunca deben ofrecer ninguna opinión a los Condes, ni siquiera para decir buenas noches o buenos días excepto en respuesta a un saludo. Nunca hable con otro sirviente, o una persona de su mismo rango, o a un niño en presencia de la Señora Condesa, a menos que sea necesario, y hágalo lo más brevemente posible y en voz baja. Nunca llame de una habitación a otra. Siempre responda cuando haya recibido una orden o una reprimenda. Las puertas exteriores deben mantenerse constantemente cerradas con llave, y sus timbres deben ser respondidos solo por el mayordomo, excepto cuando esté ocupado de manera indispensable, momento en el cual el asistente, por su autoridad, tomará su lugar. Se espera que cada sirviente esté puntualmente en su lugar a la hora de las comidas. Ningún sirviente debe tomar ningún cuchillo, tenedor u otro artículo, ni por ningún motivo sacar provisiones, ni cerveza de la sala principal. No se permite ningún tipo de juego, juramentos o lenguaje abusivo bajo ninguna circunstancia. Se prohíbe al personal femenino fumar. Ningún sirviente debe recibir visitantes, amigos o parientes en la casa; o introducir a cualquier persona en el salón de los sirvientes sin el consentimiento del mayordomo o la ama de llaves. Se prohíben estrictamente los seguidores, y cualquier criada que se encuentre fraternizando con un miembro del sexo opuesto será despedida sin audiencia. No se admitirá a ningún comerciante, ni a ninguna otra persona que tenga negocios en la casa excepto entre las 9 a.m. y las 3 p.m. y en todos los casos el mayordomo o el chef debe estar satisfecho de que las personas que admita tengan negocios allí. La puerta del vestíbulo se cerrará definitivamente a las diez y media de la noche, después de lo cual no se admitirá a ninguna persona en las casas excepto aquellas con permiso especial. El salón de los sirvientes se despejará y cerrará, excepto cuando haya visitantes con sus sirvientes alojados en la casa, a las diez y media de la noche. No se debe otorgar crédito bajo ninguna consideración a ninguna persona que resida en la casa o de otro modo por sellos, giros postales, etc. Cualquier rotura o daño a la casa se deducirá del salario.
Por poco estuvo a punto de lanzar un improperio y abandonar la charada, pero la resolución del crimen estaba en juego y decidió aceptar el trabajo, total no planeaba estar allí más de un mes.
"Muy bien", se limitó a decir el Mayordomo, "firme aquí y comenzará a trabajar con nosotros de inmediato, ya que hay mucho trabajo atrasado.
Y una última cosa, todas las mujeres que hacen el oficio de lavar platos se llaman Mary, no importa quién ocupe la posición, así es como la Condesa prefiere, puesto que ella no se toma el tiempo de aprender nuevos nombres"
Mary, se limitó a firmar el contrato que el mayordomo le ofrecía.
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