Hace unos meses nos cruzamos con una polémica que tratamos brevemente por Twitter y que luego hemos comentado en alguna charla. Sin embargo, no la habíamos traído al blog.La polémica comenzó con un tuit de un notas de Internet, Paul Joseph Watson, sobre un documental de la BBC:
Entonces... se desató el caos.El "debate"Seguir el debate por las redes fue una auténtica locura por varios factores: 1. Muchas personas interviniendo; 2. Muchos hilos distintos en los que se sucedieron cientos de respuestas; 3. Duró un par de semanas y tuvo algunas réplicas el siguiente mes.Por lo tanto, vamos a quedarnos con los principales contendientes y algunas pinceladas del resto de personas implicadas, porque no es el elemento principal de esta entrada.El debate empezó el 25 de julio con las frases de arriba. El punto clave para Watson era ‘The left is literally trying to rewrite history to pretend Britain always had mass immigration", es decir, que la izquierda pretende reescribir la historia diciendo que siempre ha habido inmigración masiva en Gran Bretaña (spoiler: nadie dijo eso).Después de sus tuits, Watson lloró en un vídeo de su canal de YouTube, quejándose de que mucha gente le había respondido señalando que no tenía razón. Su vídeo es una sucesión de insultos y comentarios irónicos sobre las personas que lanzaban argumentos sobre sus tuits, entre ellos Mike Stuchbery, cuyas respuestas podéis ver aquí. Si bien responde a los pocos tuits de Stuchbery, no nombra siquiera a Beard (aunque sí cita varios artículos que hablaron del tema). Por lo que sea. Curiosamente, sí le dedicó un vídeo tres días después a J. K. Rowling (en el que le llamaba "vil pedazo de mierda"), su nueva enemiga, ya que esta había apoyado públicamente a Mary Beard.
De hecho, Watson se cuida de no responder a Beard. Ni por Twitter ni en su vídeo ni por ninguna parte. Para eso estaban el resto de perros rabiosos que hay por las redes y que se agolparon para explicar por qué Beard no tenía razón.Uno de esos personajes fue Nassim Taleb, prestigioso ensayista, matemático y financiero que señala que la aleatoriedad siempre es subestimada en análisis históricos, económicos... Pues aquí entró a saco aportando "datos" a los que Beard fue respondiendo.
Por lo menos, Taleb sí respondía a Beard directamente.
Sin embargo, cuando la conversación derivó por otros derroteros que no agradaban a Taleb, utilizó el argumento definitivo para desarmar a Beard: "‘I get more academic citations per year than you got all your life!" (Es decir, que sus trabajos académicos son citados cada año más de lo que los de ella en toda su vida).Pues bien, la discusión, inevitablemente, acabó en Hitler, aunque fuera tangencialmente. Taleb terminó alegando que "la Gestapo de lo políticamente correcto" iba a por él, pero que él era indestructible. Pues vaya mierda de Gestapo si no puede destruirle, Taleb.
Para Taleb, como Beard no le daba la razón, "la academia está muerta en el Reino Unido".Y ese era, por así decirlo, el debate "serio".
Fuera de eso podemos encontrar frases como las siguientes:
- "Cómo discute una mujer". Beard había osado discutir un asunto del que ella era experta, y además osaba ser mujer, por lo que, para la persona detrás de esta cuenta... representaba a todas las mujeres. Y las mujeres argumentaban mal porque, según él, Beard lo hacía.
- Mientras Taleb era interpelado como "Prof. Taleb", Beard era "Ms. Beard".
- Beard está tristemente acostumbrada a este tipo de comportamientos, ya que en su momento la criticaron por ser "demasiado fea para la televisión". No destacaríamos el comentario si no fuera porque durante la discusión muchos tuiteros escribieron a Mary Beard con ese tipo de adjetivos.
Nota: el asunto dio incluso para que Massimo Pigliucci, profesor de Filosofía de la City University of New York, escribiese un artículo sobre los peligros del cientifismo.
La multiculturalidad de un imperio
Aunque la definición de imperio no esté cerrada, uno de los elementos que, de hecho, se le presupone a un imperio, es la mezcolanza de culturas que conviven bajo un mismo poder político.Yuval N. Harari lo explica así:«
para merecer esta designación se tiene que gobernar sobre un número importante de pueblos distintos, cada uno de los cuales posea una identidad cultural diferente y un territorio separado. (...)La diversidad cultural y la flexibilidad territorial confieren a los imperios no solo su carácter único, sino también su papel fundamental en la historia. Gracias a estas dos características, los imperios han conseguido unir grupos étnicos diversos y zonas ecológicas diferentes bajo un único paraguas político, y con ello fusionar entre sí segmentos cada vez mayores de la especie humana y del planeta Tierra. Hay que insistir en que un imperio se define únicamente por su diversidad cultural y por la flexibilidad de sus fronteras, y no por sus orígenes, su forma de gobierno, su extensión erritorial o el tamaño de su población»Y ahora vayamos a lo evidente. El Imperio romano no nació de la nada. En la península Itálica comenzó su andadura un pueblo que se relacionaba con sus vecinos y los fue absorbiendo militar o diplomáticamente. Cuando Roma ocupaba la península entera ya existía una mezcolanza de pueblos con distintas tradiciones. "Ah, pero son pueblos cercanos que tienen mucho que ver en insertos en una tradición que...". Vale, pero saltemos unos cuantos siglos. Roma abarca desde Britania hasta Mesopotamia. ¿Qué narices tiene que ver una persona de Eburacum con una de Charax, o con una de Istrus? ¿Y de Girba? ¿Carteia? ¿Genua?
Pagan impuestos a la misma entidad política, hablan una misma lengua (ojo)... Pero cuando Roma tomó la Galia, si querías adorar a Tutatis podías hacerlo sin reparo. ¿Adorabas a Isis? Muy bien, pero pague sus impuestos. Ah, bueno, y haga un hueco para adorar también al emperador, que eso no hace daño a nadie.
Watson (el de Twitter de antes) argumenta que no era multicultural porque no había habido inmigración masiva, como si el Imperio romano hubiera surgido como un bloque conjunto, desde Britania hasta Siria, de Egipto a Hispania, desde el minuto cero. Y todos hubieran sido blancos y romanos. Pura romanidad, oiga.
Resulta curioso cómo las personas que tienden a razonamientos conspirativos endosan ese mismo procedimiento a otras personas. En este caso tenemos a un sujeto que señala que Stuchbery "reescribe la historia para ajustarla a su *political agenda* [ideología, vaya]. La mentira de que Britania ha sido siempre étnicamente diversa. Está intentando divulgar el mito de que la inmigración masiva incontrolada es natural porque siempre ha sido así".
Bueno, el caso es que nadie ha dicho eso último. Nadie ha dicho nada de inmigración masiva incontrolada, esa es simplemente una de las obsesiones de la alt-right; sí se ha dicho lo de étnicamente diversa, pero principalmente hablando del imperio; y es cuanto menos gracioso que hable de agenda política un comentarista político que hace gala de una agenda política tan clara. Es ilustrativo, y recuerda a aquello de "cree el ladrón que todos son de su condición". Si te llevan la contraria, es que detrás hay una agenda política.
Pero... ¿a qué viene este debate?
¿Desde cuándo un comentarista político tiene tantas ganas de defender la historia?Para responder a esa pregunta toca explicar quién es Paul Joseph Watson. Él mismo se define como "Infowars editor-at-large. Classical liberal. Anti Alt-Right, anti Alt-Left". Con eso nos vale. El tipo se define como anti Alt-Right, que es esa etiqueta para la "derecha alternativa", ideología de extrema derecha y ultranacionalista que deja a Hitler en mantillas.En serio. Son los perros furiosos de las redes que luchan con todas sus fuerzas contra lo que llaman corrección política, el multiculturalismo, el feminismo, la inmigración y muchos puntos calientes más. Las propuestas con respecto a estos temas van desde el simple rechazo hasta la expulsión y el exterminio. Y son unos de los principales apoyos de Donald Trump en la guerra en las redes.
Watson, no obstante, se define como anti Alt-right. Ahora bien, trabaja para Infowars, que es un medio claramente Alt-right con componente conspiranoico (chemtrails, ataques de falsa bandera, 11S...), famoso por fabricar muchas fake news.Todo esto lo aprendimos hace unos meses, cuando nos entró la curiosidad por saber a qué venía ese debate enconadosobre Roma contra una experta en temas romanos. Que oiga, es cierto que Beard no tiene la verdad absoluta, pero ¿de dónde procedía esa rabia a la hora de intentar desacreditar sus argumentos, esas ganas de dejar Roma más blanca que una tarjeta de crédito de Albert Rivera?"Son racistas y ya está", pensamos en su momento. Pero joder, ya hay que ser racista para querer proyectar tu estado uniforme racial dos mil años hacia atrás en el tiempo.Pues bien, la cosa se quedó así hasta hace unos días, que leímos un libro de reciente publicación en castellano: Muerte a los normies. Las guerras culturales en Internet que han dado lugar al ascenso de Donald Trump y la alt-right, de Angela Nagle.Entonces el rompecabezas encajó un poco más. Vamos a ver si podemos explicarlo bien.
La retórica del Imperio romano y la alt-right
Como señala Nagel en su libro, una de las cabezas visibles de la alt-right fuera de Internet es Richard Spencer (de hecho, es el creador del término alt-right), que, ojo, "ha llegado a pedir un etnoestado blanco en los Estados Unidos y un imperio blanco pannacional modelado a partir de una interpretación sui géneris del Imperio Romano". Este señor:
Chistes privados, jerga friki, pornografía extraña, machismo rampante, amenazas de muerte y violaciones... esas son muchas de las armas que utilizan en las redes. Fuera, ya os podéis imaginar: "atropello en la marcha antifascista de Charlottesville (Virginia), en el que ha muerto al menos una persona" (nota: la marcha neonazi inicial fue espoleada por Richard Spencer). El terrorista neonazi pertenecía aUnite the Right, grupo neoconfederado, neonazi, nacionalista blanco, supremacista blanco, antisemita, anticomunista e identitario (que es un eufemismo, la etiqueta bonita de los neonazis para no decir nacionalista blanco o supremacista). La respuesta de Trump, por supuesto, estuvo a su altura: 1, 2, 3, 4
Ahora bien, ¿por qué Trump defendería a esta gente? Bueno, entre otras cosas porque
Steve Bannon fue uno de los principales asesores de Trump desde su entrada al gobierno. Bannon era editor de Breitbart News, otra plataforma calificada como alt-right, difusora de esa ideología.En cualquier caso, y aunque es un tema poliédrico, Nagle lo explica mejor que nosotros, y además más extensamente. Tampoco es cuestión de dar la brasa aquí, solo de dar unas nociones.Una vez tenemos esas nociones sobre alt-right y lo que significa más o menos, pasemos a...Watson, el que inició la discusió. Igual que reclama ser anti alt-right, también dice que Richard Spencer no tiene nada que ver con él. Y oiga, pues será verdad. Pero... si nos vamos a ideas que defienden ambos, resulta que coinciden en muchos puntos como la obsesión por la inmigración o apoyar a Donald Trump. Poca cosa.De Watson ya hemos visto su enconada defensa en Twitter sobre la no multiracialidad ni multiculturalidad de Roma, pero esto no queda en su persona solamente. Por las redes aparecieron cientos de tuits, decenas de vídeos de YouTube, etc., respondiendo al debate desde los planteamientos de la alt-right que hemos ido señalando. No ponemos más enlaces porque de verdad que no merece la pena darles clics. Si tenéis curiosidad, os dejamos una página muy útil para informarse: Google.
Sin embargo, sí que os comentamos el caso de Alex Jones, director de Infowars, el medio alt-right en el que escribe Watson.
Uno de sus vídeos, "The Second Fall of Rome?", mezcla elementos históricos con los de actualidad para alentar el miedo a la inmigración y las políticas económicas más socialdemócratas. Además, tiene un vídeo-respuesta llamado, literalmente, "BBC Says Romans and Brits Were Black" (cosa que, por supuesto, es mentira). [También tiene otro llamado "Pope Francis Declares Himself The Anti Christ", por si queréis evaluar al individuo].La obsesión por la segunda caída de Roma (EEUU) les corroe. Establecen paralelismos con la desaparición del Imperio romano y la situación estadounidense que van desde lo económico hasta lo social. ¿Los romanos tenían impuestos altos? ¡EEUU también! En EEUU hay un exceso de atención al ocio, deportes, etc... ¡En Roma también! Por supuesto, los inmigrantes ilegales que no quieren asimilarse también aparecen en ambos casos.
Pista: todo lo que hizo caer a Roma es en realidad todo lo que a la alt-right le parece mal ideológicamente.
Sueltan todo eso sin apoyarse en nada, solo porque ellos lo valen. Y ya está. Suficiente para asegurar que las cosas que ellos consideran malas en EEUU ya pasaron en Roma, y Roma colapsó por eso, así que EEUU y la civilización occidental van a colapsar si eso no se arregla.El Imperio romano sigue despertando admiración, y para personas con intereses políticos como que el Imperio americano siga siendo tal cosa, sirve como ejemplo de lo bueno y lo malo que les puede pasar.
Y, por lo que sea, los problemas que se adjudican al Imperio romano y que son tan reprobables, no son el esclavismo, las diferencias sociales, la pobreza, el control del poder por parte de élites, el belicismo o que, bueno, fuera un imperio con un emperador incontestable. El problema son los inmigrantes. Y Roma era blanca. Y cuando llegaron los inmigrantes, cuando dejó de ser blanca, se acabó Roma. No todos los comentaristas se expresan en los términos de Richard Spencer, pero sí utilizan la historia para justificar sus ideas anti-inmigración, entre otras. De ahí la necesidad de limpiar de diversidad étnica y cultural el Imperio romano, su gran referente.
La cantidad de tuits, comentarios en posts, artículos de periódico, declaraciones de universidades diversas, profesores universitarios, expertos... ha sido abrumadora. El enfrentamiento entre ambas posturas resulta sintomático de la guerra cultural que se produce en Internet. No lo comentamos como un caso aislado, como una anécdota. Esto se produce día sí, día también, y si nos fijamos en la cantidad de seguidores, visitas, clics, etc., que tiene esta gente... Bueno, en parte gracias a su esfuerzo han conseguido colocar un presidente en la Casa Blanca.
Quizá en la esfera angloparlante sea más palpable, pero aquí también se deja sentir de cuando en cuando, y de hecho hay conocidos tuiteros, políticos y otras gentes que echan la caña de pescar en caladeros históricos para sacar de ahí rédito político, manipulando y deformando la historia y lo que haga falta en el proceso.Por cierto: Los primeros bretones modernos tenían la piel de oscura a negra, según revela un análisis del hombre de Cheddar (en inglés).
Un británico negro de hace 10.000 años (en castellano).
Bibliografía:
- Harari, Y. N. (2015): De animales a dioses. Ed. Debate.
- Nagle, A. (2018): Muerte a los normies: Las guerras culturales en internet que han dado lugar al ascenso de Trump y la alt-right. Orciny Press.
- La Vanguardia, BBC, Eldiario.es, The Times Literary supplement, Telegraph...
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