Director: John Ford
Y, finalmente, vuelvo al cine de John Ford luego de tan larga interrupción, y con todas las buenas vibras del mundo, especialmente luego de dos excelentes películas vistas (y comentadas). Será una semana decisiva con Ford, y vamos a terminarla con todo, ya les digo. Por mientras, comenzamos con "Mary of Scotland", una interesante y muy bien lograda película sobre la trágica vida de María Estuardo. Hay mucho de Ford en el relato, se nota, y ésa es una de las más valiosas e importantes características de esta película: la fuerza de su autor.
María Estuardo, luego de dejar de ser la Reina de Francia, llega a Escocia a cumplir con el que ella ve como su destino: ser la reina de los escoceses. Pero a su llegada se encontrará con un grupito de asesores que poco y nada velan por los intereses de su reina o de Escocia, más bien de sus propias ambiciones de poder. Por si fuera poco, su prima (la reina Isabel I de Inglaterra) no está contenta con su ascensión, por lo que en las sombras intentará arrebatarle su poder.
Nuevamente tenemos una película de Ford cuyo gran tema central es la lucha contra la tremebunda injusticia que los ambiciosos e inhumanos imparten en el mundo, en contra de los bienintencionados y honestos de corazón y acción. María Estuardo no es sólo el prototipo de mujer fuerte que lucha contra viento y marea por lo que considera justo, es la viva imagen de un ideal de libertad. No está demás señalar que bastante se ensalza la figura de la protagonista, aunque teniendo en cuenta lo viles que son sus enemigos, la cosa no es de extrañar: mientras unos intentan mantener su poder disfrazando la pérfida ambición de férreos valores morales y políticos, otros intentan hacer lo convencionalmente correcto: cortar toda corrupción desde la raíz, o al menos ganar en la batalla moral. Me parece interesante y definitivo la manera en que se retratan a las diferentes monarcas, siendo María Estuardo (una brillante Katharine Hepburn) la bella joven que no dejará que la perdición la consuma, en contraposición con su prima Isabel I, interpretada como una histérica, ciega y cobarde; si una intentan mantener la cabeza en alto en todo momento, no dejándose amedrentar por los golpes bajos de sus adversarios, la otra intentará por todos los medios perpetuar su "refinado" linaje. Por lo demás, no sé si es gracioso o penoso (o una mezcla de ambos, más probablemente) que los "fieles" lores de María Estuardo, quienes claman que sus acciones son por el bien de Escocia, finalmente hagan tratos por debajo de la mesa con Isabel I, usurpadora por excelencia (si hasta ella misma dice que su prima debería renunciar a lo que le corresponde por derecho propio y legítimo, con tal de que ella no deje de ser la reina). Todo esto, desde luego, según la contundente y diáfana puesta en escena de Ford (mi opinión no es muy lejana a la suya, si bien los asuntos de la realeza francamente ya no me importan: son cosas del viejo mundo que sigue existiendo, aunque no es que el nuevo mundo sea la gran cosa... ¿de dónde venimos?)(Y, claro, admito que soy más o menos ignorante en la materia), capaz de potenciar la trágica lucha de una víctima de las maquinaciones políticas de otros, lo que a su vez genera consecuencias en la vida privada de la protagonista, otro rasgo esencial del cine de Ford: la ambigüedad personal, la dicotomía entre ser, en este caso, una mujer o una Reina (como el ser esposo o doctor/científico en "Arrowsmith", o el ser esposo o marinero en "The hurricane"). ¿Hay que seguir lo que dicta el corazón o lo que te comanda el cerebro?
Así, la película avanza entre indignantes pero aún así apasionantes intrigas políticas (con traiciones, alianzas, temores...), luchas ético-personales, y la infaltable pero bien hecha historia de amor entre María Estuardo y el Conde no-sé-cuánto (según wikipedia, acá hay libertades históricas importantes en pos de ensalzar la figura de "príncipe azul" del Conde ese -más impetuoso que encantador, pero conquistó a la chica después de todo-, acentuando, además, que a María le arrebataron no sólo su derecho a ser Reina sino que también el amor de su vida... pero qué bastardos, ¿eh?). Ford nos deja momentos realmente sublimes, como la auto-defensa de María, su interacción con su querida prima, o los divertidos chismes propios de la farándula Real. Y para qué decir de las escenas de acción, bastante desalentadoras.
Me ha gustado bastante esta película, y si les hace un poco de ruido el toque historiográfico y político inherente a una cinta como ésta, bien pueden verla de la siguiente manera: la historia de una fuerte mujer que ante todo intenta mantenerse fiel a sus principios, si bien el Poder no parece ser lo suyo. Pero, claro que no, el contexto no se debe olvidar... tampoco que nunca verán a los Stark triunfar sobre los Lannisters...