No sé si muchos de ustedes se habían enterado pero, hace relativamente meses (o un mes) salió una película basada en la vida y creación de Mary Shelley. Para los que no la conocen, esta mujer es una maravillosa autora de un libro por muchos aclamado y por otros envidiado: El Prometeo moderno. Tristemente, sé que en este punto otros tantos despistados siguien sin saber quién rayos es Mary. Pues bien, se los reduciré a una simple palabra: Frankenstein. Así mismo, Mary fue la autora original del libro que a muchos nos ha dejado pensando y a otros tantos ha aterrado. Aquí les dejo el trailer para los que no han tenido la oportunidad de verla todavía.
Sobre el mismo tema de la interpretación pero haciendo referencia a otros menesteres, he de decir que llegó un punto en que la trama se tornó meramente adolescente. Quizá tengo demasiado arraigado el patrón dado por Orgullo y prejuicio, pero no me entra en la cabeza que dos chicos que se pretenden en esa época vayan por la vida manoseándose enfrente de las hermanastras. Tal vez era, también, que los acotres al inicio no tenían demasiada química en pantalla. Lo más seguro es que haya sido todo una enorme alucinación mía. El punto es que esa parte particular de la película no fue de mi agrado. Siento que no estaba del todo justificado ese romance vulgar dentro de la cinta. Lo que no ocurre con las escasas escenas eróticas (o intento de) que vienen después en la cinta.
Por último, diré sin dar detalles que su final es muy bueno. Como es de esperarse al estar basada en hechos reales, cuenta lo que sucedió con esas personas. Además, tiene el agregado de frases que calan hondo y nos rememoran al mismo Prometeo moderno. A partir de la mitad de la película en adelante se nos entrega todo ese existencialismo mezclado con la responsabilidad de dar vida. Aquellos que, como yo, son padres, entenderán de lo que hablo. Tarda, pero termina de esa forma oscura, perturbadora, que nos deja un extraño sabor de boca, un regusto a moralidad y abandono mismos que podemos encontrar en el escrito de Shelley. Toma fuerza conforme avanza la trama y se nota la evolución de los personajes.
Como datos extra tenemos la mención de dos autores que simplemente no pueden pasarse por alto, además de una obra emblemática (precursora de Drácula) llamada El vampiro. Creo que este dato, estas pequeñas sutilezas, para alguien que en serio disfruta de las historias de terror y fantásticas, son cualidades que atrapan al espectador. Es por eso que se la recomiendo a todos los que hayan leído El Prometeo moderno pues, de lo contrario, se perderán de muchos detalles esenciales para entender a Shelley, su comportamiento en algunos momentos y lo que la llevó a crear esta gran obra. Es una película para pasar el rato pero garantiza entretención, en pocas palabras. Saludos enormes,