Mary Shelley, la denominada "madre del monstruo" es una de las escritoras que peor ha tratado la historia. A pesar de haber escrito la que se considera la primera obra de ciencia ficción: Frankenstein, siempre se la negó su mérito aduciendo que fue su esposo Percy quien la escribió. Y aunque no sea del todo cierto, sí que hay algo de verdad en eso, pues que participó activamente en la revisión, cambiando párrafos enteros.
La vida Mary Shelley fue muy tormentosa. Hija de Mary Wollstonecraft, una de las feministas más notables de su época, y del escritor William Godwin. A los catorce años inicia una relación con el filósofo Percy Shelley, quien ya estaba casado. Ante la negativa de su padre, se fuga con él, aunque este tenía que mantener a su esposa.
Mary Shelley: su vida, su ficción, sus monstruos (Editorial Akal) no sólo refleja la turbulenta vida de la escritora, sino que además analiza todas las claves sobre la maternidad y el feminismo que hay escondidas en Frankenstein, pero también en otras novelas como Mathilda o El último hombre, no tan famosas.
pérdida de sus seres queridos le enloquece hasta el punto de querer vencer la muerte. Mary Shelley perdió a tres hijos y no contó con el apoyo de su marido, que incluso la echaba en cara su tristeza (un verdadero cabrito, este Percy). También se quedaron en ella esos deseos de maternidad frustrada, de pérdida de los hijos, que es lo que le pasa al doctor cuando descubre la fealdad de su criatura y la abandona a su suerte. De hecho, hay otro punto espinoso. El monstruo sólo le pide una compañera para no estar solo, pero este, aunque accede al principio, luego se niega, pensando en la raza de criaturas malignas que expandirían por el mundo. Otra vez la maternidad frustrada, pese a esa imagen pop de la novia de Frakenstein que aparece en las películas.
Los problemas maternales de Shelley venían también por otro lado, ya que su madre murió al dar a luz. Puede que en el subconsciente se la quedara la idea de que había matado a su madre y que la trasladase al texto, en el enfrentamiento final con Víctor. Aunque estaba muy unida a su hermana Clarimonde, que en aquella época mantenía un romance con Lord Byron, sus sentimientos hacia ella eran ambivalentes.
Es una biografía apasionante que también analiza la escritura de la novela en aquel mítico verano en Villa Diodati, con Lord Byron y Pollidori. Una noche en la que sufrió una pesadilla que hoy en día se ha convertido en una pieza inmortal. Por cierto, Frankenstein era el doctor, no el monstruo. No llegó ni a darle un nombre.