Recientemente he visto la premiada en los Oscar de este año la sobrevalorada para mi gusto “El renacido”, y se me vino a la cabeza este western que recordaba de mi niñez y que recupere para verlo hace muy poco, con la misma temática de la lucha de los tramperos que recolecta pieles en los territorios inexplorados de Montana e Idaho contra las tribus de nativos americanos, pero la película clásica tenía algo que le falta a la moderna, ese concepto de cine aventuras que solamente tenía el cine clásico, porque ya no se hace cine de aventuras como el de antes.
Otras famosas películas ambientadas en este periodo de la historia de los EE.UU tan interesante son: "Paso al noroeste" (1940) de King Vidor y "Ríos de de sangre" (1952) de Howard Hawks.
La historia cuenta el fabuloso momento de la historia de los EE.UU ente los años 20 y 30 del siglo XIX en los territorios montañosos que actualmente forman parte de los estados de Montana e Idaho, entonces ocupados mayoritariamente por tribus indias del grupo de los Pies Negros, donde una comunidad de montañeros, aventureros, tramperos y cazadores deciden expandirse hacia territorios vírgenes, con el objetivo de cazar castores, secar sus pieles y venderlas a buen precio a comerciantes de las zonas del Medio Oeste.
Y la película cuenta como ninguna otra la manera de vivir de estos valientes tramperos, rodada en escenarios naturales y con esa particular forma de rodar que tienes la sensación de estar allí con ellos, Wellman se limita a poner la cámara y rodar la vida cotidiana de estos valientes hombres y sus interrelaciones con los indios que habitan en las montañas, el western refleja como ninguno otro la cultura india y sus costumbres. Quien mejor que la voz en off de esta película para contarnos esta maravillosa historia.
“Esta es mi tierra, aquí es donde yo nací los nueve primeros años de mi vida los pase en este poblado indio con muchos paisanos de mi madre, pero mi padre era el más importante. Este hombre es mi padre, así es como me lo imagino mejor, mi padre no fue tan solo un hombre llamado Flint Mitchell, simbolizaba una casta de hombres, montañeses que vivieron y murieron en América, solía hablarme de los seres que él conoció, hombres que recorrieron los territorios indias y marcaron nuevas rutas ignoradas hasta entonces, hombres que descubrieron lagos, ríos, y prados, trazaron los caminos que condujeron al oeste, que vagaron praderas, montaña y mesetas que hoy son estados, hombres que buscaban castores y hallaron la gloria, hombres en fin que murieron en el anonimato y alcanzaron la inmortalidad. Su historia es algo más que su propia historia es la de los hombres de las montañas, de los colonos que exploraron el oeste, y llegaron parte integrante de la historia de los EE.UU.“
Dicen que la película fue muy cortada y cambiada en la sala de montaje, y por eso al final se quedó solamente en 78 minutos, aunque yo solamente he conocido esta versión, y es la que me gusta, no sé como seria la película sino no se hubiese cortado en la sala de montaje, lo que si se que la versión que se conoce es una joya de incalculable valor. Una de las razones por las que me gusta tanto es por el protagonismo de Clark Gable,
porque “El rey” es el cine. Gable esta fantástico como valiente trampero con esa barba de varios días, con esa eterna sonrisa, sea montando a caballo o bailando.Aventuras, romance y sobre todo western
Más allá del Missouri tiene momentos mágicos para el recuerdo como es la escena de una negociación donde Gable quiera comprar a la hija del jefe indio, y esa capacidad narrativa para incluir dentro de la misma escena, un toque cómico mientras siguen hablando de sus cosas. El jefe indio saca de una de sus trenzas un “chinche o piojo”, y sin el menor de los reparos y de vergüenza este chinche es pasado de uno a otro, mejor que lo vean.
La capacidad de pasar de una escena hermosa e íntima como es la canción que cantan al día de Navidad a una escena dramática y trágica como es la muerte de uno de los montañeses.
El bonito entierro con el niño en brazos, o lo bien rodadas que están las escenas de acción, en especial el ataque indio final, o ese caballo desbocado sin jinete con un bebe en su estribo, mientras le persigue un indio con deseo de venganza y a continuación cabalgando a toda velocidad Clark Gable en busca de su hijo, una escena con una fuerza insólita, con una dramatismo y emoción inusuales para un western.El uso del paisaje es fantástico, ya que es una parte importante de la película, como es la escena donde la bella Maria Elena Marques cabalga ladera abajo a través de frondosos y verdes bosques (fantástica fotografía colorista). Siempre que la veo me intento fijar si esta escena fue rodada por una especialista o por la propia actriz, pero no consigo distinguirla bien, pero quiero pensar que sería la propia actriz, porque en esta época los actores montaban a caballo de verdad, para dar mayor realismo a las escenas.
Este western cuenta con un plantel de secundarios maravillosos como: John Hodiak, Adolphe Menjou, Alan Napier y Ricardo Moltaban, que da una gran riqueza al relato.
Quizás lo que más me gusta dela película es la preciosa historia interracial entre Clark Gable y Maria Elena Marques, debido a que no hablan el mismo idioma, es una historia de amor de miradas y gestos. Maria Elena Marques interpreta a una bella mujer india, arrogante, fuerte y salvaje llamada "Pies Negros" que intentara conquistar al solitario Clark Gable. Muy bonito el cortejo entre ambos, la respuesta de ella cuando Gable llega a la noche de bodas todo borracho o la bonita canción que Gable le canta:
“Quiero un pajarito azul o un colorín mi cielo”