Más allá y otros cuentos, de Horacio Quiroga

Publicado el 25 septiembre 2014 por Xula


(En esta ocasión no hay ficha del libro porque realmente resulta muy complicado conseguirlo. Fue una edición argentina que me prestaron y de la que ahora no tengo los datos. Sin embargo, con un poco de paciencia se puede conseguir por internet o en formato digital…)
Los lectores compulsivos (y blogueros locos) a veces hacemos cosas raras. Por ejemplo, apuntarnos a un reto de alfabético de esos en los que consigues mil letras repetidas, con algunos de los que no eres capaz de sacar ni a calzador. Por eso, cuando el año pasado me encontré a mediados de noviembre con varias letras descolgadas me puse a buscar de forma desesperada autores cuyo apellido empezara por Q (o por X) y que no resultaran muy pesados.
Así es como llega un libro a tus manos cuando no tenías nada pensado. Horacio Quiroga, casi de los primeros que se te pasan por la cabeza. Aunque este año he sido más previsora, me parece ideal recuperar esta lectura para los indecisos o los que aun andan locos buscando algún libro sencillo que encaje con el reto. Yo ya había leído relatos suyos hace algunos años (bastante, en realidad) y realmente me apetecía volver a probar con una antología que no fuera muy larga. Podéis entender que viniendo de mí, con el titulo Más allá, no lo dudara un momento.
Horacio Quiroga es un nombre que suena conocido pero del que he descubierto muchas cosas. En realidad, casi todo, porque sabía muy poco. Uruguayo de nacimiento y argentino por emigración (eso sí lo sabia) vivió a finales del s. XIX y principios del XX (pero de esto no era consciente). Tuvo una vida peculiar, rodeado de muchas desgracias y dificultades que le hicieron obsesionarse con la muerte. Más allá es el último libro publicado, en 1935.
Y si os cuento esto es porque explica mucho de su obra. Primero el estilo tan cercano a Edgar Allan Poe, oscuro y con un toque enfermizo. Y tiene mucho que ver con la época, pero sobretodo con su vida. Ya por esas alturas comenzaron sus problemas de salud, lo que también se ve reflejado como segundo punto importante.
Así que no es de extrañar que a lo largo de los XXXX relatos que componen que componen esta antología nos encontremos con personajes cercanos a la muerte (como las moscas que plasman las ultimas reflexiones de un fallecido) o la locura (como en El conductor del rápido). Pero los espectros que nos presenta no son terroríficos como los de la literatura de terror sino tristes y desgraciados, más que en la propia vida. Por ejemplo, esos dos amantes que se suicidan para estar juntos y conocemos en el primero de los cuentos. O el espectro creado artificialmente en el relato “El vampiro”, que por cierto, no tiene ningún vampiro como tal.
Os podéis imaginar que la mayoría de los relatos son bastante pesimistas, con finales semi-abiertos o que no terminan precisamente bien. De esos con los que te imaginas a un escritor ligeramente alcoholizado escribiendo en el insomnio de una noche, iluminado por una vela casi agotada.
Una de las cosas que más me llamó la atención con este autor (porque realmente no debía de recordarlo bien) son los contrastes temporales. Me refiero cuestiones de principios de siglo como “fiebre cerebral” para definir quién sabe qué enfermedad (una calentura extrema, una meningitis,…) o “alienación” para algo que bien podría ser una psicosis, una esquizofrenia, o ambos.
Lo cierto es que me ha sorprendido gratamente, sobre todo al haber sido una lectura “autoimpuesta” para un reto. Ya sabéis que soy muy amante de los relatos y más si son algo oscuros. Os lo recomiendo si buscáis algo corto que además os traslade con el estilo a otra época, o si os gusta Poe. No podéis perdéroslo.