Productos a la venta y mecanismos de elaboración, colocación y evasión de riesgos, dieron un salto adelante con el desarrollo informático, -últimos lustros- y es una de las particularidades diferenciadoras de los mercados respecto al capitalismo tradicional. La conexión mundial en tiempo real –inmediatez- con el despliegue de internet es muy reciente, coincidente con los finales/comienzos de siglo, y ello concede a los mercados financieros el funcionamiento global y su nueva y terrible potencia actual fuera de control. En general, los gobiernos y grandes corporaciones no acuden a capitalistas privados para financiarse, hoy todo el mundo funciona con el crédito tomado en mercados financieros, casi todo proyecto en casi todos los sitios necesita financiación y para ello acuden a los mercados, donde se encuentran las instituciones de inversión colectivas que han captado previamente el ahorro de cientos de millones de personas. Los mercados financieros son los que encarecen nuestra financiación –hasta hacernos pagar 35.000 millones de euros por intereses, suma superior a la totalidad de recortes- o los que pueden derribar gobiernos, y monedas, como el euro. Entiendo que los capitalistas individuales por muy poderosos que sean, siguen la senda de los mercados, operan en ellos pero no tienen la capacidad de controlarlos, a pesar de iterar con ellos; pero, entre la capacidad de influir o controlar hay amplias diferencias.
El poder de los mercados financieros lo tienen por la enormidad de las cifras que manejan y por su globalidad. Operan en todo el mundo las 24 horas de todos los días del año, lo cual, por ejemplo, impide que una decisión tomada en un país de la eurozona respecto a una subida de impuestos a la banca, o a los ricos, pueda tener resultados positivos si no es igualmente implantada en el resto de países. La globalidad de los mercados obliga a los poderes políticos a actuar globalmente para restablecer un nuevo equilibrio de poder que hoy están perdiendo.
Instrumentos de la explosión de los mercados financieros fue el crecimiento del sistema bancario y parabancario, para colocar las titulizaciones y los derivados.
El cuadro muestra una comparación entre cifras de negocios de los derivados y los activos, extremadamente inferiores estos últimos, correspondientes a grandes bancos de EEUU, que junto con la City son los grandes generadores de los mercados financieros. A escala mundial los derivados suponían 600 BILLONES de dólares, a finales de 2007 entrada de la crisis, lo cual representaba diez veces la suma de todos los productos y servicios mundiales generados por cientos –o miles- de millones de personas; multiplicaban por 10 veces todo el PIB del planeta.
Colocar enormes sumas de estos productos en los mercados, representa para quienes lo hacen jugosos beneficios, en forma de comisiones de intermediación, de bonus y salarios especiales, como muestran los cuadros que recogen la media y mediana expresada en miles de $, por tanto el máximo representado de 2005 significa bonus –extras- de un millón de dólares, cobrados por algunos intermediarios financieros en los bancos. Esta forma de proceder dará lugar a todo cúmulo de tropelías apoyadas en la falta de ética de individuos e instituciones, bróker, dealers, agencias de calificación, bancos de inversión… todos en carrera pisoteando a pueblos enteros por el enriquecimiento personal. Y rápido.
Naturalmente, en los mercados, se encuentran compradores y vendedores, ambas patas hacen caminar los derivados, inversores de variado perfil quieren comprar productos de alto riesgo soñando con el rápido enriquecimiento, despreciando la otrora buscada seguridad en el largo plazo.