- Seguro que lo primero que piensas si tienes una cita a ciegas es dónde quedar. Una cafetería es el mejor lugar, porque si no funciona podrás irte pronto. Además el ambiente no os llevará a confusiones, y estarás en un lugar público del que te puedes marchar con facilidad. Olvídate de ir al cine, hacer una excursión o reservar mesa en un restaurante romántico.
- La regla de oro de las citas a ciegas es no mentir, nunca. Ni antes de la cita (sobre todo respecto a tu físico), ni durante, porque al final el único perjudicado puedes ser tú. Además le gustarás mucho más si percibe que eres sincero.
- Elegir un buen vestuario es difícil cuando tienes una cita a ciegas. Lo mejor es pecar de discreto porque, si la cosa funciona, tendrás muchas más ocasiones para ponerte súper guapo.
- ¿Nervios, ansiedad? Si no estás en tu mejor momento, no pruebes con citas a ciegas porque podrían estresarte aún más. Pero si lo que tienes son nervios propios de una cita, te relajará pensar de antemano en posibles temas de conversación o cosas que tengáis en común.
- Recuerda que no debes hacerte ilusiones, trata de no dejar volar tu imaginación. No empieces a pensar que vas a conocer al hombre de tu vida, ni te obsesiones con que podría ser un psicópata. Cualquiera de las dos cosas sería un error. Ten siempre en cuenta de que, aunque te guste, las posibilidades de que surja algo entre vosotros son reducidas.
- Un imprescindible para una cita a ciegas es un amigo que te sirva de comodín. Antes de ir, alíate con un amigo que te llame 10 minutos después de que comience tu cita para comprobar que todo va bien. Si no es así, te servirá de excusa para irte.
- Y si te da muchísimo corte acudir solo a tu cita a ciegas, organiza un encuentro doble. Lleva a alguien soltero y proponle a tu cita que haga lo mismo, así será mucho más divertido y relajado.
- No llegues tarde a una cita a ciegas porque, aunque no conozcas a la persona que te espera, debes ser cortés. Si ya os habéis visto y no lo estás pasando bien, 20 minutos es el tiempo de cortesía que debes aguantar antes de irte.
- Beber alcohol es un error en cualquier cita a ciegas, así que procura no beber nada si has quedado con un desconocido. Recuerda que bajo los efectos del alcohol todos los gatos son pardos: mañana podrías arrepentirte.
- Dicen que la intuición nunca falla. Y en las citas a ciegas suele ser cierto, así que déjate llevar por tu instinto. Los expertos en speed-dating dicen que son suficientes entre 5 y 8 minutos para saber si la persona que acabas de conocer te encaja. Si tu intuición te ha dicho que no nada más verle, sé sincero y no pierdas tu tiempo ni el suyo.
- Pero si tu cita te encanta, no fuerces nada. Si tú también le gustas ninguno de los dos tendrá prisa por marcharse y te resultará muy fácil volver a quedar. Tómatelo con calma y recuerda: ¡os acabáis de conocer!
- Puede que, después de todo, encuentres a alguien agradable y la conversación fluya con naturalidad. En ese caso, no la cagues convirtiéndote en un cotilla y haciendo preguntas comprometedoras. Y está terminantemente prohibido preguntar por los ex.
- Pero sobre todo no le cuentes tus penas. Se supone que una cita debe ser agradable y divertida, y no el consultorio de tu psicoanalista. No le utilices como paño de lágrimas si no quieres que salga despavorido.
- Dicen que huir es de cobardes, pero este refrán no funciona si tu cita es un desastre. Huye si empieza a hablarte de sus traumas con otras parejas, problemas de alcohol o drogas, o serias dificultades para relacionarse.
- Si tu cita acaba siendo un desastre, procura mirar siempre el lado positivo. Gracias a ella te habrás quitado el mono de ir a una cita a ciegas, te habrás dado cuenta de que estás mucho mejor solo, y te quedará claro que el amor no se puede forzar. Y recuerda: llegará cuando no lo busques.