La alternancia de pescados, verduras y hortalizas, entre otros, como el aceite de oliva son buenos para controlar diversidad de enfermedades. Sobre todo aquellas relacionadas con el corazón y el colesterol alto. De manera que el estudio revela que la dieta está asociada a un mejor perfil lipídico en sangre, con aumentos del colesterol HDL y una disminución de colesterol LDL.
El análisis que ha realizado este centro, junto al Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud, ha concluido que el grupo de personas que ha seguido el patrón de dieta mediterránea, presentan cifras de colesterol HDL mayores que los participantes que se han centrado en una dieta más occidental y rica en carnes y grasas. De manera que, cuanto mayor sea el consumo de alimentos procesados y de origen animal, menores serán los valores del colesterol bueno. En contraposición, se sabe que el cociente entre trigliceridos/cHDL, (que indica el riesgo de enfermedad coronaria) se reduce a medida que se practica con mayor frecuencia la dieta mediterránea. Estos son nuevos datos que reflejan los beneficios que aporta esta dieta, que cada vez es practicada por mayor número de personas en el mundo.
Principales alimentos de la dieta mediterránea
Entre algunas de las particularidades de la dieta mediterránea, se destacan por encima de otros alimentos, el consumo de pescados, y el de frutas y verduras. Otros datos de interés son el empleo de aceite de oliva al cocinar y para alinear alimentos, aumentar el consumo de cereales, de lácteos, y de reducir las carnes rojas y embutidos.
Las bebidas en la dieta mediterránea
La dieta defiende el agua como consumo prioritario, además de poder beber vino siempre durante las comidas, y con cierta moderación. Lo que correspondería a unos dos vasos diarios. Esta dieta alimenticia se debe combinar con el ejercicio diario, con el fin de preservar una vida mucho más saludable.
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