En tiempos de recortes, es más necesario más que nunca guardar las formas. Se aplaude viajar en una aerolínea de bajo coste aunque no sea un vuelo especialmente corto (cuatro horas separan a Barcelona de Moscú), pero, en estos difíciles momentos económicos de apretarse el cinturón y recortes, la ciudadanía pide más que gestos. Y bullen los comentarios sobre la idoneidad de que el presidente de la Generalitat, Artur Mas, viajara a Rusia la semana pasada con un amplio séquito que incluía hasta catorce altos cargos del Govern para desplegar estrategias comerciales sin olvidar el mensaje secesionista, que el president desplegó en la inauguración del Fórum Empresarial Cataluña-Rusia, al que asistió invitado por Enrique Lacalle.
El candidato de CiU a la presidencia de la Generalitat fue a Rusia con su esposa que, tal y como informó LA RAZÓN, pagó su viaje, pero Mas no fue el único que fue a la tierra de los antiguos zares, donde se alojó en la suite principal del Radisson Royal Moscow, acompañado de su mujer. También hizo lo propio el presidente de la Diputación de Barcelona, Salvador Esteve, que acudió al certamen para potenciar la llegada de turistas rusos a Cataluña. Los cargos públicos se volcaron en este objetivo, ya que la comitiva rusa también incluía a los presidentes de las otras tres diputaciones, cuatro alcaldes y dos cargos de otros dos municipios catalanes, además de la directora general de Turismo de la Generalitat, el director del aeropuerto de Alguaire, y responsables de los patronatos turísticos de Salou y Lloret de Mar.
Conclusión: Es correcto y adecuado que nuestros políticos se lleven a sus esposas de viaje, incluso aunque el turismo se cargue al erario público como suele suceder en numerosas ocasiones. Es lo más acertado porque también resulta lo más barato para el ciudadano que lo paga. En caso de no hacerlo, es casi seguro que nuestros servidores públicos contraten, para sus horas de descanso, la compañía de bellas señoritas que cobran por horas, y que resultarían a la administración sensiblemente más caras que la excursión pagada de sus legítimas. No sé si ese sería el caso concreto del Sr. Mas, pero desde luego, antecedentes en nuestra historia más reciente sobran, y por parte de cualquier partido, por supuesto. El más próximo en Andalucía: La cocaína y las putas a cargo del fondo de reptiles, como debe de ser.