Decía un compañero ayer, en medio del terremoto -la redacción, lo podreis imaginar, era un funeral-, que las bombas caían cada vez más cerca. No hay mejor símil para reflejar el ánimo que tenía ayer. Un ánimo muy triste. Muy, muy triste.
Decía un compañero ayer, en medio del terremoto -la redacción, lo podreis imaginar, era un funeral-, que las bombas caían cada vez más cerca. No hay mejor símil para reflejar el ánimo que tenía ayer. Un ánimo muy triste. Muy, muy triste.