Más feliz que un anuncio de compresas

Por Roales

¿Qué pasa, gente?

Seguramente os habrá llamado la atención el título de esta entrada pero nadie puede negarme que no hay anuncio que inspire más buen rollo y felicidad que un anuncio de compresas o tampón. Esto se debe a dos razones: los anuncios no son realistas y quien diseña las campañas de publicidad no se ha puesto una compresa en su puñetera vida.

Vamos a ver, ¿a cuántas de vosotras os han dado ganas de corretear por el campo cuando os viene la regla? Si yo apenas me siento las piernas y me canso de andar desde la cama al baño.

Y ya no hablemos del peligro que supone que te de mucho el sol en la cabeza cuando estás en plena menstruación. Si alguna del anuncio tenía la regla, se la tuvieron que llevar del prado a urgencias con la tensión por el suelo.

Y luego esas chicas, sonrientes, todas en tacones, muertas de la risa y capaces de sacarse una coreografía de la manga en bragas...Primero no entiendo por qué bailan en bragas y tacones; y luego ¿habéis tratado a una tia con la regla? Si yo no muerdo en esos días porque tengo los dientes sensibles.

Hubo una época en que las compresas venían con una toallita (muy -ita) que daba (supuestamente) la sensación de haber pasado por la ducha. Yo no digo que no hubiera sensación pero de ducha no era precisamente. Para empezar eran tamaño Minions, costaban un huevo y no se diferenciaban nada de las toallitas de bebés. Evidentemente desapareció del mercado.

Otra cuestión que tampoco acabo de entender es que si los anuncios de tampones están dirigidos a las mujeres (por razones obvias) ¿por qué el ultimo de Evax está protagonizado por el culo de María Valverde?, ¿cuál es el mensaje?, ¿qué tiene que ver su culo en todo esto?

Así que si algún publicista está viendo esto, quiero explicarle lo que es la menstruación realmente:

El día antes

Dolor de cabeza, de barriga, hinchazón, irascibilidad, llantina por razones que ni entiendes.

Día 1 "Apocalypse Now"

Esa zorra te visita de nuevo desgarrándote por dentro, hinchándote hasta las cejas, provocando que estés enfadada con el mundo y al mismo tiempo necesites que todo el mundo te diga que te quiere.

Día 2 Incomodidad total

El dolor ha dejado paso a la incomodidad, da igual lo que uses que te molestará. Sentarse supondrá un desafío y una preocupación constante por si hay alguna fuga. Además tus dos días de mal humor anteriores darán paso a que te pregunten si tienes la regla con la sutil pregunta de ¿Tienes la regla?

Día 3 La visita del mes empieza a despedirse

Lo peor ha pasado, empiezas a ver la luz al final del túnel y puedes volver a usar pantalones claros sin pedirle a alguien que te mire el culo cada dos por tres. Pero para despedirse te hará cuestionarte todas tus relaciones, las paranoias empezarán a rondar tu cabeza y decidirás mandar el mundo a la mierda porque necesitas encontrar la verdadera felicidad.

Y esto es tener la regla señores, no hay canciones felices, ni saltos por el campo, ni nos sentimos más mujer en eso días, en todo caso odiamos ser mujer esos días.

La felicidad que sale en esos anuncios únicamente nos la provoca comprar tres pares de zapatos como mínimo. Y de tacones.

Bye, bye.