El Benfica portugués levantó la cabeza, lo vio y se enamoró. Así fue, a primera vista. Y se encariñó demasiado con Rogelio Gabriel Funes Mori, el joven delantero de River que deambula entre elogios y críticas. Para algunos, el mendocino no tiene mucho hilo en el carrusel. Para otros, es una interesante promesa del fútbol argentino. Y para los ojos enamorados del equipo de Portugal, es mucho más que eso. Por eso tienen decidido llevárselo. Y por eso siguen aumentando la oferta, pese a que Funes Mori perdió la titularidad y apenas jugó desde el arranque dos de los últimos seis partidos.
La primera oferta que llegó a River fue de cinco millones de dólares; la segunda, de ocho. Y siempre retumbó el “no” de Passarella en el Monumental (como a los 12 millones que ofrecieron por Lamela). La cláusula de rescisión de Funes Mori es de 25.000.000 y pretenden no largarlo por un valor menor a 15.000.000. La esperanza de los dirigentes es que la venta de Funes Mori logre enverdecer el rojo panoramana de los números.
Mientras los “popes” sueñan con esa venta que oxigene la economía, Jota Jota López no lo pone en el equipo titular. Paradójico, unos quieren que cotice más y el técnico no le da minutos en cancha. Pero la lógica traiciona: lejos de bajar la cotización del delantero, ésta aumenta y el Benfica sigue subiendo la apuesta por Funes Mori. Ahora llegaría al escritorio de Passarella una de 9.000.000.
Quedan varias preguntas en el aire: ¿Hasta cuándo los dirigentes van a “bancar” que el técnico no utilice a la joyita que pretenden vender? ¿Hasta cuándo seguirán enamorados los portugueses de un jugador que no es titular en Argentina? ¿Estarán dispuestos a poner el dineral que propone Passarella? ¿Seguirán enamorados por mucho tiempo más? Mientras usted intenta contestar todos esos interrogantes, el Benfica, por ahora, le sigue cantando a Funes Mori: “Más, te quiero cada día más”.