La noticia del sometimiento a la Ley de Transparencia de las cuentas de la Casa Real, sabida estos días, no es más que otra de las mentiras piadosas a que nos tienen acostumbrados los asesores de la casa del rey cuando, con esquíes o safaris de por medio, deben intentar que la monarquía no siga cayendo en el descrédito, ante una sociedad harta ya de ellos y de sus excentricidades como si no fuera bastante aguantar la crisis. Porque, ¿quién se va a creer que una noticia como esta, supuestamente parida hace 2 meses y que tan positiva debería ser para la imagen de la corona, hayan esperado para anunciarla hasta ahora, que casualidad, justo cuando les estallan en sus narices los escándalos del yerno y la hija?. ¿Quizá para darnos una sorpresa o para disimular algún otro escándalo peor? Pues no cuela, no, aunque a cambio nos sorprendéis con otra noticia, también repentina, por la que parece que el yerno se te va para Catar, bueno bueno, y cuando se acabe el curso te quedas sin hija y nietas. Si es que hay que ver cómo es la cosa, la familia real está tomando todo el protagonismo que en su tiempo lo tuvieron, en paz descansen, la Saritísima Sara Montiel o la férrea Margaret Thatcher.
Salud y Suerte!