Artur Mas, presidente de la Generalitat catalana fue anfitrión de esta cita deportiva de primer orden que acabó siendo una fiesta de exaltación española debido al espectacular triunfo de Alonso, quien, tras cruzar la meta, recogió la bandera española que le entregara uno de los comisarios de la pista y recorrió con ella y no con la catalana su camino triunfal en su vuelta de honor, hasta dejar su bólido. El asturiano, como le denomina siempre la prensa independista, la misma que omite el nombre oficial de esta carrera que abre el periplo europeo del Mundial, hablando simplemente de GP de Fórmula 1 y no de España, estaba eufórico y saludó a los suyos sin quitarse el casco. Una vez en el podio, Artur Mas, presidente de la Generalitat, felicitó afectuosamente a los ganadores (suponemos que lo haría en castellano, aunque no me extrañaría que se consolara de la humillación de la bandera española, hablándoles en catalán o en inglés) y entregó las diferentes copas, en medio del delirio de los aficionados. El president Mas tuvo que escuchar un himno de España largísimo en este circuito catalán al que acudieron 95.000 espectadores que no cesaron de aclamar al campeón, no a Artur Mas, que se contuvo y se mordió la lengua como nadie en medio de las banderas españolas. Antonio Lobato, comentarista de Antena 3, llegó a decir de él: “Se le ve más relajado ahora, con el himno de Italia”, refiriéndose a los himnos interpretados después de la carrera en honor del piloto (Alonso) y del equipo (Ferrari) ganadores.
Y para colmo, los comisarios decidieron no sancionar al asturiano por ondear la bandera en el coche, algo prohibido por el reglamento, desatando el delirio de los aficionados en su vuelta de honor.El piloto de Ferrari fue llamado a declarar al concluir la carrera para explicar ese comportamiento. Después de escuchar las explicaciones del ovetense y teniendo en cuenta los precedentes–Alonso hizo lo mismo en Valencia, el año pasado–, los comisarios decidieron no sancionarle, a pesar de especificar en su resolución que dicha acción contradice el artículo 43.3 de la regulación deportiva de la FIA. “No se adoptará ninguna acción después de que, en condiciones similares, tampoco se determinó nada”, señala el comunicado. Es decir, que los comisarios bendijeron la ilegal celebración españolista en el salón de la casa de Artur Mas. Este no sabía donde, cómo y cuándo aparecería la senyera, con los mismos colores que la española pero tuvo que aguantarse como un jabato para pasar con entereza en estas difíciles circunstancias para él.