Más que crisis económica...

Publicado el 20 marzo 2013 por Dean


"No tengo miedo. Es algo que ya he pensado antes: si un día me llegara a pasar algo, es por la verdad, por la búsqueda de la justicia. Claro que a veces pienso en mi hija, qué sería de ella si yo no estoy; pero entonces pienso que lo que debo tener es cuidado, pero no miedo, miedo no. Cuando llegan los ataques y las amenazas pienso que tengo que estar tranquila, que yo no estoy haciendo nada fuera de la ley, pero que tengo que tener cuidado porque como una es pobre y de un pueblo indígena le pueden acusar de cualquier cosa, meterle a la cárcel aún sin pruebas. No tengo miedo, lo mío es buscar la justicia, buscar la verdad y seguir trabajando por las comunidades."

María Josefa Macz es una joven activista que lucha contra los desalojos forzosos que sufren los campesinos indígenas en Guatemala. Ella y sus compañeros del Comité de Unidad Campesina se juegan sus vidas en esta labor: los secuestros y asesinatos de líderes comunitarios son una amarga realidad cotidiana.

Durante las últimas semanas, María Josefa visitaba España para participar en una campaña de sensibilización organizada por Intermón Oxfam. Este sábado, perdió su vuelo de regreso a Guatemala y Saviano Abreu, el responsable de Campañas y Eventos de Intermón, la acompañó a buscar un hotel para pasar la noche.

Esto es lo que sucedió:

“Pocos minutos antes de dirigirnos al Hotel Don Pío, busqué en la página de este establecimiento precios y disponibilidad. Al asegurarme que había habitaciones disponibles y que el precio encajaba con el presupuesto (poco más de 50 euros) decidimos ir directamente [...].

Al entrar al hotel, nos dimos cuenta que nuestra invitada, de rasgos indígenas y vestida con un traje típico de mujer maya, llamó la atención de la recepcionista. Yo pregunto por una habitación y la empleada contesta que no hay disponibilidad poniendo como excusa que el hotel estaba lleno por un partido que se diputaba en el estadio Santiago Bernabéu. Le cuestiono, ya que acababa de comprobar la disponibilidad por Internet, y recibo un seco “es un error, no hay habitaciones libres. Busquen otro hotel [...]”.

Salimos. [...] Cojo el teléfono, vuelvo a entrar en la página del hotel, compruebo que había habitaciones libres y decido hacer la reserva por Internet. Menos de 5 minutos después estábamos otra vez dentro del Hotel Don Pío, reserva hecha y pagada. Nos dirigimos al mostrador como si nada hubiese acontecido y, sin escuchar ni una disculpa o una excusa por lo que podría haber sido una equivocación, hicimos todos los trámites del check-in. Una vez todo terminado, factura y llaves en mano, pido la hoja de reclamaciones.

¿Alguna sorpresa? Como no, no tenían hojas de reclamaciones. A modo de excusa la empleada me espeta, palabras literales, “tengo la potestad de decidir qué clientes entran o no en el hotel”.

El hotel Don Pío, en su página de Facebook, califica el incidente como un “desafortunado malentendido”.

Jugarte la vida luchando contra los desalojos forzados en Guatemala, venir a Madrid para denunciar la situación y terminar humillada en la recepción de un hotel. Los terratenientes brotan en los rincones más insólitos. Y luego decimos que el problema son los políticos, el gobierno, los banqueros y empresarios y los demás somos muy buenas gentes, que vamos a misa los domingos y nos damos golpes de pecho, que lloramos cuando vemos al nuevo papa en su balcón y nos emocionamos en semana santa cuando miles de fanáticos salen por las calles con estatuas en hombros. Somos el país de la hipocresía y la corrupción eso es lo que demuestran algunos con sus actos.


Fuente: Principia Marsupia.