‘La insoportable levedad del ser’ se ha convertido en uno de los referentes de un género narrativo que por muchos es considerado ‘novela filosófica’, en un intento de cruzar el pensamiento con la ficción. Sin embargo, las alusiones que en el libro incluyó su autor, el checo Milan Kundera, a Parménides, Nietzsche o Descartes y los continuos aforismos de creación propia –sí, esas frases que se subrayan para convertirse en citas, y que predominan en el libro- son sólo parte de una obra que se nutre de algo más que filosofía.
La novela de Kundera se centra en abordar un conflicto al que los seres humanos nos enfrentamos a la hora de tomar decisiones importantes: ¿la levedad o el peso? Esto es, escoger entre un tipo de vida basado en la libertad u otro basado en cargas como pueden ser un trabajo, residir en una ciudad de forma estable o, como no, una relación. Este tipo de duelos –en un contexto en el que, como dice el autor, “el hombre nunca puede saber qué debe querer, porque sólo vive una vida y no tiene modo de compararla con sus vidas precedentes ni de enmendarla con sus vidas posteriores”- son protagonizados por personajes que se entrecruzan y que, en determinadas ocasiones, se encuentran unidos por relaciones sentimentales.
'La insoportable levedad del ser'
Autor: Milan Kundera
Editorial: Tusquets
Al ser un libro ambientado durante la ocupación soviética en Checoslovaquia, Kundera no desperdicia la ocasión para realizar una crítica a determinadas facetas del comunismo, modelo que él vivió en sus propias carnes, y de los totalitarismos políticos en general. Sus personajes son el fiel reflejo de tres tipos de perfiles: los que admiran rasgos de estos sistemas (Franz); los que se desengañan de los mismos para, por ejemplo, formar una nueva vida en otro país (Sabina) y los que se rebelan a sabiendas de las consecuencias que cualquier tipo de oposición les puede ocasionar (Tomás). Kundera también se centra en algunos detalles. Describe, por ejemplo, cómo, tras la ocupación, algunos pueblos pequeños dejan de ser lugares de felicidad para pasar a convertirse en oscuros parajes con nombres de calles en ruso o cómo las reuniones privadas en Praga se llevan a cabo ante la posible sospecha de que estén siendo escuchadas en secreto por el poder dominante.
‘La insportable levedad del ser’, convertida ya en todo un clásico literario, no nos ofrece un argumento poblado de acción o de grandes paisajes. Tampoco hay historias de amor a la vieja usanza. Los personajes y el contexto histórico son los que provocan un ‘empacho’ de reflexiones, sin caer en un estilo literario denso, listo para ser asimilado en una placentera, amena y pausada lectura.