Más rabia que talento.

Por Mfb67

¡Hola a todos! No sé porqué pero siento que tengo que escribir tres o cuatro letras sobre mi falta de publicación en este blog que adoro. Es muy sencillo pero me tomó bastante tiempo y lavarme los dientes hoy a la mañana para poder sintetizarlo.
Hoy por hoy la cantidad de rabia que siento supera con creces mis enormes dotes de talento. Tengo un nudo constante en la garganta. No sé cómo hablar de vino sin sentirme frívola. No sé cómo hablar sin ser crítica. No se puede ser crítico en este país y lo digo con conocimiento de causa. No sé si desde siempre o desde ahora. No lo sé. Siento dolor, mucho dolor y la rabia responde a la torpeza intelectual de no saber traducirlo en textos exquisitos, sublimes, que comuniquen, pero sobre todo provoquen. Vivo en un mundo de zombies.

Me enamoré del vino, de la tarea agrícola, de muchas personas que trabajan en esto y de otras no. No quiero dejarlo y no lo voy a hacer. De hecho este verano volveré a las aulas con el propósito de no abandonar. Y he aceptado una invitación particular, de una amiga, a un viaje realmente fantástico y privilegiado por Portugal, de la mano de los mejores viñerón de ese país (Vasco Croft, Joao Roseira, Joao Tavares de Pina) al que tengo la sensación que desde el punto de vista comercial en España se ignora, exceptuando a Dirk Niepoort. Hay un sólo tipo intentando predicar esta cultura de vino y lo que es aun más complicado, intentando vender estos vinos (no me refiero a tener algunas botellitas metidas en un extenso portafolio). Se llama Mannel Serrano, vive en Barcelona, tiene cuenta en facebook y hace actividades cada miércoles en la Casa Portuguesa, por si a alguien le interesa.

Cuando conocí a Fredi Torres me dijo algo que me hace sonreír estos días aciagos. Me dijo que se metió en el vino sin darse cuenta y que cuando quiso acordar había gastado todo su dinero en vino y se había quedado sin novia.
Psst! ojo, atentos galanes en la vuelta, el novio lo conservo, me cocina y otras intimidades divinas. Me escucha la mayor parte del tiempo, otras me soporta. Pero me gasté todo mi dinero. Viajé, conté, entretuve, creo que descubrí alguna que otra cosa, monté una pequeña empresa pero faltó impulso.

Emprender. Ser latino. No quejarse. Sonreír, Malena sonreír todo el tiempo. Uf! son un montón de ajustes a una altura del campeonato. Todos los manuales indican que no se debe hacer este tipo de confesión, que exponen debilidad y que nadie quiere arrimarse al débil. ¡Pues a cagar!

Yo no soy débil. Resisto como la que más. Antes de escribir este pequeño desahogo me tragué diezmilquinientos millones de sapos. Y no estoy sola. Esta es la realidad o una buena parte de la realidad en la que vivimos muchos. Hay otras. La mayor parte de las personas todavía funcionan, algunos en el mundo del vino todavía pueden ser sólo felices y no demostrar fisura. Es evidente que se puede vivir una vida de fase visual, olfativa y gustativa.
La que no puede con esto soy yo.

¡Salut!
Malena.

Fuente: Observatorio de vino
Más rabia que talento.