Nuevamente me encuentro con un interesante artículo sobre la leche de vaca, este debe ser más conocido en la blogosfera maternal, se trata de Laura Gutman hablando de su majestad la leche de vaca y hace énfasis en un aspecto muy lógico y es que todas las especies mamíferas toman la leche de su madre hasta cuando tienen la autonomía o la capacidad de alimentarse por sí mismas, es algo muy simple y muy obvio pero hacemos caso omiso de lo obvio y seguimos consumiendo leche de vaca hasta cuando nuestro organismo en cierta etapa de la vida adulta la rechaza abiertamente y la solución es comprar leche deslactosada, que ingeniosa idea de los comerciantes, los anaqueles de los comercios están repletos de leche deslactosada, leche descremada, leche vitaminizada y la lista es larga… así no se pierden clientes.
Ahora bien, si hablamos de los diversos tipos de leches maternizadas para los más pequeños la lista es interminable, para mí, romper el paradigma de la leche es todo un reto porque cada vez que leo del tema me convenzo más, pero debo reconocer que tome mucha leche en mi infancia y la amaba. A nuestra pequeña hija le dimos un buen tiempo leche maternizada hasta cuando cumplió el año y comenzó a comer muy bien, ahora le damos una dosis muy pequeña de esta leche como parte de la alimentación complementaria, no veo en ella el molesto moco, pero me pregunto si deberíamos suspender por completo la leche de vaca.
No es sencillo ir en contra de la corriente, creo que la única forma es informarmeal respecto yhablar con mi esposo para entrelos dos tomar una decisión, no puedo simplemente decir prohíbo la lecha de vaca en mi casa, además de tener los argumentos debo transmitirlos asertivamente.
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