Como desde hace unos años escribo sobre elecciones en la Región, aprovecharé para analizarla, a la luz más de procesos electorales recientes en otros países bolivarianos.Lo primero, la situación local. Aunque las encuestas de intención de voto en Bolivia generalmente adolecen de la opinión rural, para un análisis a priori podremos guiarnos por las difundidas en noviembre pasado; en la de Ipsos, la Administración Morales Ayma (él en particular en el imaginario electoral) tiene 57% de aprobación (números redondos), mientras para Tal Cual (que sí preguntó por la intención directamente) 31% votarían hoy (un dato sólo creíble según la muestra seleccionada), mientras otra mencionada por un columnista en “El Deber” le asigna 33% y una cuarta (de PAT) lo acerca a 40%. Sólo a modo de comparación (y repito que sin dar criterios de total fiabilidad por las razones de muestra), estos estudios (exceptuando IPSOS, que no menciona) le asignan a Costas Aguilera 13-9-13% para promediar 12, a Doria Medina Auza (de UN y promotor del Frente Amplio) 9-14-15% con promedio de 13 y Del Granado Cosío (MSM) obtiene 6-13-11%, promediando 10%. Si consideramos, hipotéticamente, la unión de los 3 caudales la oposición tendría un potencial 34%, menor aún que lo que se le asigna al actual presidente: 31-33-40% y promedio de 35%, y esto sin voto rural, su bastión.Pero el panorama se complica aun más para la oposición porque no son éstos tres los únicos contendientes: Recordando las de 2009 cuando llegaron a presentarse 12 candidatos opositores que se decantaron en 7 y que, en conjunto, se acercaron a un magro 36%, en las actuales se mencionan sectores disidentes del MAS-IPSP con Patzi Paco, Gil Moreno con Fuerza Demócrata, Rodríguez Pari con FPV, el MIR con (posiblemente) Paz Zamora, Quiroga Ramírez quizás por el PVB-IEP, UCS con el insumergible Johnny Fernández Saucedo y el MNR (aunque posible dentro del Frente Amplio), sin descartar otros.La situación, con mucho, recuerda Nicaragua 2011 y Ecuador 2013, donde 4 y 7 partidos opositores separados obtuvieron magros resultados sumados de 21 y 43%, respectivamente.Falta una voluntad y un plan conjunto de la oposición local, hoy lejos de replicar la Mesa de Unidad Democrática venezolana para 2014, porque aún muchos confían en su propio espacio y en los beneficios (sean de representación legislativa, políticos u otros) que esto les depare.Ojalá sus asesores no se equivoquen como Greenberg Carville en 2009.Pero, mientras, ¡les deseo felices fiestas!
Estando en Lima la semana pasada, me enteré de la proclamación de Costas Aguilera como candidato presidencial del MDS para 2014, que en medios internacionales se lo presentó como el campeón de la oposición (por ser el gobernador de la región más rica y en su momento eje opositor), que podía hacer peligrar la reelección de Morales Ayma; distorsión ésta que me decidió a escribir sobre el tema para reflexionar sobre situaciones del período, lo que antes no me parecía aún tan urgente.