En la entrada anterior del blog ya comentaba por qué adoro las series románticas coreanas: porque me dan exactamente lo que me daba la novela romántica cuando comencé a leerla, hacia finales de los 80. Romance, fantasía, evasión.
Pero el romance no tiene buena prensa. El amor romántico es lo peor y nos lleva a las mujeres por el mal camino, no como esas estupendas series en las que las mujeres siempre son las asesinadas, las violadas, las engañadas, o las rescatadas por el macho alfa de turno.
Ahora que todos vemos más series que nunca, entre el auge de las buenas plataformas televisivas, con producciones a nivel del buen cine, y que debido a la pandemia pasamos más tiempo en casa, la pregunta es: ¿cómo prefieres llenar tus ratos de ocio? ¿Viendo al enésimo asesino en serie creando cadáveres exquisitos de bellas jovencitas? ¿Al quincuagésimo iluminado rarito que resuelve casos como si hiciera crucigramas? ¿Te decides por la serie pseudo histórica que te cuenta «su» versión de lo que realmente ocurrió?
Son solo ejemplos, no estoy diciendo que no haya series buenas, buenísimas, en realidad. Acabo de ver Gambito de dama, y la he disfrutado, y en mi lista de pendientes está la segunda temporada de The Mandalorian, entre otras.
La cuestión es: ¿por qué se critica tan duramente las series románticas y no, por ejemplo, las policíacas en las que casi siempre se ejerce una violencia terrible contra las mujeres? Podéis argumentar que da una visión realista de lo que ocurre, y yo contraargumentaré que en la ficción no necesito siempre tanto realismo, que para eso ya está la prensa y los documentales.
Añado que la ficción influye en la vida de la gente, y ahí está el ejemplo de Gambito de dama que ha conseguido que en las dos últimas semanas se apunten más mujeres en la Federación Internacional de ajedrez que en los últimos cinco años. Por eso, estas son las series que necesitamos, series en las que las mujeres no hacen el papel de esposa, amante, o víctima.
Volviendo a las series románticas coreanas, y resumiendo brevemente las que he visto hasta ahora, en todas ellas las mujeres trabajan, son buenas profesionales, e incluso presidentas de sus propias empresas, como la protagonista de Crash landing of you.
La misma actriz, Soon Ye Jin, también protagoniza Something in the rain, donde el hermano pequeño de su mejor amiga se enamora de ella y viven una relación de esas que se ven tan poco, en la que ella es mayor, y por la que tienen que enfrentarse a muchos obstáculos y prejuicios. Spoiler: acaba bien.
En mi adorada El rey, de la que hablé en la serie anterior, la protagonista es teniente de policía, y no está dispuesta a dejar su trabajo ni por ser reina.
En Strong girl Bong-Soon, la protagonista hereda por vía materna una fuerza extraordinaria que no puede utilizar en su propio beneficio o la perderá. El protagonista descubre su secreto y la contrata como guardaespaldas. Y así tenemos a la maravillosa Park Bo-young, de 1,58 metros, protegiendo al no menos maravilloso Park Hyun Sin, de 1,83 metros de altura.
Podía seguir dando ejemplos, pero vuelvo a la cuestión de esta entrada: ¿por qué son malos ejemplos estas series? ¿Por qué es tan malo el amor romántico? ¿No prefieres ver a gente enamorándose que seguir viendo historias de sangre, corrupción y violencia?
Yo, desde luego, sí las prefiero.
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure