Sorprende el revuelo que se ha montado en todo el mundo por este caso. Pensaba que todo el mundo sabía que el 90% de los bebés con síndrome de Down en Australia y en todo el mundo occidental son abortados; pensaba que todo el mundo sabía que la reducción embrionaria (abortar a uno de los bebés en caso de embarazos múltiples) está a la orden del día, pensaba que todo el mundo sabía que las madres de alquiler son un negocio lucrativo en el que países desarrollados explotan a chicas jóvenes del tercer mundo; pensaba que todo el mundo sabía que la mayoría de los clientes son familias no convencionales, incluso gays o mujeres solteras. Pero estaba muy equivocado, los medios sólo se ocupan de hablar de la maravilla que supone traer hijos al mundo a parejas infértiles o a personas que tienen tanto amor a los niños que se encaprichan de ellos. Aunque muchos niños nunca vayan a conocer a sus padres, ni maldita la falta que hace.
Qué sucede con los bebés síndrome de Down? Pues la realidad es que lo tienen muy crudo. Desde hace años, en España se está realizando una auténtica eugenesia embrionaria, que troncha la vida de muchos bebés. Mi amigo Esteban Rodríguez, ginecólogo brillante y comprometido con la vida así nos lo explica:
"Tanto la SEGO (Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia) como las autoridades sanitarias autonómicas actuando como agentes principales, han diseñado programas de diagnóstico prenatal concebidos para que una de sus utilidades sea la de facilitar el aborto mediante la selección de los pacientes embriofetales afectos de una anomalía congénita, discapacidad o alteración genética o cromosómica, articulándolos en dos momentos claves del embarazo: en la semana 12, mediante el cribado combinado de cromosomopatías del primer trimestre (CC1T); y en la semana 20, mediante la ecografía de detección de malformaciones estructurales (ECO-20). La ecografía ha sido establecida en la semana 20 para facilitar el aborto dentro de la ley. La selección de seres humanos y las prácticas eugenésicas son contrarias a los tratados internacionales suscritos por España".
Esto no aporta ningún beneficio para los hijos, en cambios para los padres sí que genera una angustia considerable, cuando el riesgo resulta elevado, a los que se les propone una prueba invasiva, que genera mayor angustia aún. La prueba invasiva supone un riesgo directo de muerte para el feto. La mayoría de las malformaciones graves terminarán en aborto espontáneo, con los beneficios que ello supone para la mujer frente a un aborto voluntario. "Estas prácticas, además, suponen una violación del principio de no discriminación porque los cribados o screening de utilidad eugenésica discriminan a los seres humanos por razones de edad y de salud y son contrarias a la Convención de Naciones Unidas de Personas con Discapacidad".
Se impone una nueva reflexión ética sobre el uso que se está dando al diagnóstico prenatal. El niño, como podéis ver en la foto, es precioso.