Como complemento a mi post anterior, y tras la lectura de un artículo del experto en temas energéticos Mariano Marzo en el diario La Vanguardia, creo que conviene añadir dos cosas:
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Que no es lo mismo depender de suministros continuos, como es el caso del gas de Rusia, cuya reducción provoca efectos inmediatos de paralización de la actividad económica, que depender de suministros de bienes de uso, como los módulos solares o las baterías, que aunque también produce una cierta paralización, no tienen efectos tan fulminantes. Aunque sigue siendo una dependencia perniciosa, de la que hay que huir.
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En ese sentido, Marzo nos recuerda en su artículo que el 66% del suministro mundial de módulos solares y el 88% del de baterías depende de China.
No hay duda de que es algo que debe cambiar. Los recientes acontecimientos nos lo están demostrando.