Ambas opiniones han hecho correr mucha tinta y debates variados en foros de fauna del país. Algunas personas han confundido la entrada como un ataque directo contra cualquier actividad turística, otras hablaban de demagogia citando que unos pueden ver fauna y otros no e incluso hay quien echó el grito al cielo pidiendo por favor que no se restrinja el acceso al monte.
Mucho he meditado sobre ello y lo cierto es que mantengo cada palabra escrita en la entrada anterior ya que es obvio que algunos no la han entendido bien (a pesar de que en ella se especifica claramente lo puntos que suscitaron tal crítica).
Aunque, respecto a restringir el acceso a ciertas zonas con fines de conservación de especies amenazadas que son especialmente vulnerables a la presencia humana (urogallos por ejemplo), lo veo más que justificado, aunque yo mismo me vea privado de un paseo por algunos de los bosques ibéricos mejor conservados. Creo que el porcentaje de superficie protegida y restringida al ser humano es tan ridículo como para querer arañar también las únicas hectáreas que puedan disfrutar de dicha protección.
El propósito de esta entrada no es darle el coñazo a los que no comparten dicha opinión sino compartir la información a continuación proveniente de gente que sabe mucho más que yo sobre el asunto y de la cual aprendo cada día más.
Unos días después de todo el revuelo armado, Carlos Rodriguez del Valle, que ya escribió cuyas tribunas anteriores merecen una buena lectura, redactó una extensa nota al respecto muy completa y didáctica. Podeís leerla pinchando AQUÍ.
También fue publicada la siguiente entrevista realizada a Andrés Ordiz.
Os dejo a continuación con un vídeo divulgativo sobre osos. Espero que os guste.