Nadie se libra de llevarse algo al bolsillo en España, si nos ponemos cínicos como la mayoría que no se da cuenta que están en su puesto por votación de los ciudadanos, aunque con un familiar adentro van todos atrás, más de uno hubiera hecho lo mismo. Si tienes cerca dinero para utilizar a tu antojo, dietas desmedidas, tarjetas de crédito con un fondo interminable ¿a que más de uno hubiera hecho lo mismo? Pero claro, al ciudadano medio no hay porque exigirle la integridad de quienes se presuponen personas dignas para defender nuestros derechos y el dinero de todos. A quienes caminamos sin tarjeta black nos cogen robando lo más mínimo y los años de cárcel no nos lo quitan nadie. Será que no tenemos tantos amigos por allá arriba o mejor dicho tantos que han hecho algo parecido por allá arriba.
En tanto los juicios a ciudadanos comunes van rápidos, los que involucran a políticos y tramas corruptas se demoran años y años y años y modelos de la jueza Alaya para aquí y otro para allá y por supuesto los responsables de los ERE en Andalucía, un considerable número del PSOE andaluz y hasta sindicalistas, espera tranquilamente desde su casa, porque se demoran el tiempo justo para que el delito prescriba. Qué si señor mío, robar dinero de las administraciones públicas prescribe y verlo de nuevo es de películas de ciencia ficción.
Las cifras de la corrupción. FOTO: Spanish Revolution
Mientras tanto de un bando y del otro, PP y PSOE, los dos bastiones de la democracia española, exigen más contundencia en los casos de corrupción, menos impunidad. Aunque eso sí, si a algún juez se le ocurre dar prisas como Elpidio Silva contra un "banquero honesto" como Miguel Blesa, de esos que ya están involucrados en más de una trama corrupta, siempre vendrá otro juez que le corte las alas, lo saque del juego y "afuera que España tiene sus ritmos", va a venir usted a cambiarlos así como así.Quizás por esa razón los nervios con Podemos, un partido que como explicó en una ocasión Pepa Bueno es fruto de aquellas asambleas en plazas públicas más conocidas como 15-M y que los medios no supieron ver, están ahora poniendo patas arriba al bipartidismo en España y dejando en mínimo a formaciones pequeñas como Unión Progreso y Democracia (UPyD) o Izquierda Unida (IU) que no han sabido desdoblar sus discursos de lo establecido y enfrentarse cara a cara, con propuesta reivindicadoras a un sistema político que da sus últimos coletazos como pez fuera del agua, al descubrirse en el charco hediondo desde donde predicaban.
Los medios hablan de ira ciudadana, pero si en verdad hubiera tal ira en la ciudadanía los escraches se estuvieran repitiendo en la sede de los partidos políticos y no es así. Los ciudadanos y ciudadanas están cansados de que se diga tanto y se haga tan poco para su bienestar, cuando quienes hacen política engrosan sus cuentas, y después tienen la cara de decir que no lo hacen por dinero. ¿En serio?
Quienes vivimos en España estamos cansados de que lo rojo y lo azul sea lo mismo, incluso de que se pasen más tiempo en esas divisiones mentales y de colores mientras hay gente que aun siente la crisis día a día. Si hay algo que me creo de las encuestas a un año de las elecciones es el absentismo de los votantes, la gente ya no cree ni en el voto cada cuatro años, símbolo indiscutible de democracia. ¿Para qué si al final harán lo que les plazca? O mejor dicho, si es cada cuatro años y llevamos tantos entre la paloma y la flor ¿por qué no probar con Podemos? Más de lo que hemos perdido, no creo que sea posible.
NOTA: Los enlaces de este post están dirigidos a eldiario.es porque no apoya el Canon AEDE, aunque haya informaciones que en su génesis estén en medios que sí lo hacen.