Foto: Isabel Val
por Parko.
Conocí a 1886 durante el Rock a la Platja de Pineda y me llevé una muy buena impresión. Cuando Isa me dijo que iban a ser teloneros de Sleepy Sun en su concierto en Sidecar la verdad es que me alegré un montón por ellos, son unos chicos jovencísimos y me gusta mucho lo que hacen (O puede que yo esté envejeciendo y me empiece a llamar la atención el hecho de ir a ver gente tocar que son más jóvenes que nosotros, debatíamos Isa y yo).
Visiblemente cómodos sobre el escenario, deleitaron a propios y extraños con una batería dura y un bajo poderoso y cargado de intención. Para mi gusto les falta algo original, genuino, propio, que les haga destacar, aunque no es una crítica negativa, puesto que tocan de maravilla y tienen muchísimo tiempo para explorar todo eso.
Los de San Francisco salieron a darlo todo (menos el bajista, al que no creemos que vayamos a ver en la próxima gira), con Bret Constantino volviéndose loco y tocando el techo de la sala a lo bodega que es Sidecar, como si se le quedara pequeño y quisiera llegar más y más arriba, y tuviera que contentarse con las cuatro tablas que tiene por escenario.
Debo decir, que, por mucho esfuerzo que hicieran en el directo, su disco “Maui tears” sí que me comunicaba algo, es como si hubieran perdido el mensaje de camino al escenario y que, llegado a él, quede un ejercicio bien hecho, pero no a la altura del disco. Misterios de los directos.
Algo que no me gusta en absoluto (pero que no es culpa de los músicos) es el hecho de que el baño esté situado detrás del escenario, a escasos metros y, bueno, sin pretender ser escatológico, el olor de los urinarios es molesto en un sitio así. Ya está, ya lo he dicho.
Más cosas que no comprenderé son, por ejemplo, la gente que viene a Sidecar sin saber quién toca. Chicas con tacones que bajan buscando fiesta y se dedican a saltar y a empujar a la gente hasta que se me hinchan los censurado y me cambio de ubicación, por tratar de seguir concentrado en la música.
Si algo les puedo echar en cara a Sleepy Sun fue el hecho de que el bis estaba en el tracklist, como señaló un chico que teníamos delante, carcajadas mediante. Eso sí que es un desliz, amigos.