Un niño, en un parque urbano. Foto: holacomovai (vía Flickr)
La depresión ya es la primera causa mundial de incapacidad, según la Organización Mundial de la Salud, y afecta a más de 350 millones de personas de todas las edades en todo el mundo. Se espera que la cifra aumente en los próximos años, y mientras se buscan tratamientos efectivos, algunos científicos también tratan de entender qué la causa.
Un equipo de investigación del European Centre for Environment and Human Health, de la University of Exeter Medical School (Reino Unido) ha estado estudiando la relación entre vivir en un área urbana más verde y el bienestar personal, y también los efectos inmediatos y a largo plazo de trasladarse de casa a una zona con más parques y espacios verdes.
La conclusión principal es que los espacios verdes conllevan beneficios sobre la salud mental. Y los urbanistas deberían tenerlo en cuenta.
Hemos hablado con Ian Alcock, uno de los principales investigadores de este equipo, para conocer mejor el tema.
¿Cuál ha sido el objetivo de vuestras últimas investigaciones? Básicamente hemos intentado demostrar si existe un vínculo significativo entre la cantidad de espacio verde de un área urbana residencial y el bienestar de la gente que allí vive. Había otras investigaciones previas que habían utilizado diversos datos que sugerían que esta conexión existe. Pero todos estos estudios anteriores tenían un problema en común: era difícil saber si el vínculo que identificaban es que la gente más feliz elige vivir en las zonas más verdes o si las áreas más verdes hacen que la gente sea más feliz.
¿Cómo habéis enfocado, pues, vuestro estudio? Nuestro trabajo ha sido un poco diferente. Hemos trabajado con datos longitudinales, con gente que ha sido entrevistada repetidamente año tras año. Hemos utilizado los datos de una enorme encuesta social en el Reino Unido que se ha repetido durante 18 años. Y, a veces, durante este largo periodo de tiempo, algunas personas se han cambiado de casa, bien de un área más verde a una que lo es menos, o en el sentido contrario. Hemos observado los cambios en la salud mental que se han derivado de este traslado. Y de esta manera hemos podido demostrar que, cuando la gente se traslada a áreas más verdes, su salud mental normalmente mejora. Así hemos mostrado que hay relación entre los espacios verdes y una buena salud mental, y sabemos que no es sólo por la personalidad de cada uno. La misma gente fue más feliz cuando se fue a un área más verde.
¿Cómo de importante es esta mejora? Hemos intentado medir los efectos de los espacios verdes para la felicidad comparándolos con otros factores que sabemos que hacen feliz a la gente. Y hemos visto que son comparables a una tercera parte de la felicidad que causa estar casado sobre estar soltero, o una décima parte de la felicidad que se deriva de tener un trabajo sobre estar en el paro. Estos resultados son para los que se trasladaron de un área con muy poco espacio verde a zonas muy verdes.
¿Con qué rapidez aparecen estos efectos beneficiosos? ¿Son inmediatos? Hemos hecho el seguimiento de las personas a lo largo del tiempo y nos hemos fijado en qué les pasaba en el primer año después de cambiarse a un área más verde, y también durante el segundo y el tercer año. Hemos visto que la salud mental mejoraba de forma inmediata tras el cambio a un área urbana más verde, y que seguía siendo mejor también durante los dos años siguientes.
Ian Alcock, uno de los responsables del estudio.
¿Qué les pasó a los que se trasladaron a áreas menos verdes? Los efectos funcionan en ambos sentidos, pero no sabemos hasta qué punto se reduce la felicidad cuando se trasladan a áreas menos verdes.¿Cuáles son los factores asociados a los espacios verdes que benefician la salud mental? Nuestra investigación no ha examinado estos mecanismos, pero otras investigaciones que se han centrado en esta cuestión sugieren tres razones principales. La primera es que la experiencia del espacio verde, el solo hecho de ver espacio verde, proporciona a la mente de las personas una oportunidad de relajarse y dejar de estar estresadas. Es lo que se conoce como la teoría de la recuperación de la atención.
La segunda idea es que vivir en un área urbana más verde conlleva hacer más actividad física, y esto tiene beneficios para la salud mental de la gente, además de para la salud física. Si vivimos cerca de un parque, o en una zona con más jardines, es más probable que vayamos a dar un paseo y nos movamos más.
La tercera razón es que vivir en un área urbana más verde supone ser más sociable, tener más interacción social con la gente que vive a nuestro alrededor. Es más probable que hablemos con los vecinos, o que hagamos paseos en familia y pasemos tiempo al aire libre.
Vivir en un área más verde a menudo implica vivir más lejos del centro y tener que invertir más tiempo para ir al trabajo. ¿Cómo afecta esto a la salud mental y el bienestar personal? El tiempo invertido para ir a trabajar es negativo para la salud mental de las personas, y particularmente para las mujeres trabajadoras que tienen muy poco tiempo libre. En nuestros cálculos sobre los efectos de vivir en áreas más verdes ya hemos incluido las variables del tiempo que debe dedicarse para llegar al trabajo. Y a pesar de haber tenido en cuenta este factor, sigue siendo beneficioso para la salud mental vivir en zonas más verdes.
Vuestros estudios se han centrado en los adultos, pero ¿cuáles serían los efectos de vivir en áreas más verdes para niños y adolescentes? Nosotros no hemos analizado los efectos en niños porque nuestros datos provienen de una encuesta realizada con adultos. Pero yo diría que los resultados serían los mismos. Creemos que lo que es bueno para la salud mental de los adultos también lo es para la salud mental de los niños. Otros estudios realizados con niños muestran que son más activos físicamente durante el tiempo que pasan al aire libre. La idea de que los espacios verdes animan a la gente a pasar más tiempo fuera de casa y hacer más ejercicio es probable que sea especialmente cierta en niños. Y la idea de que los espacios verdes aumentan la socialización también se aplica.
Teniendo en cuenta todos estos resultados, ¿qué aconsejarías a las familias con niños? Yo diría que no hay que cambiar de casa e ir a un área más verde para sacar provecho de las zonas verdes. Probablemente, lo más sensato que podemos hacer es aprovechar los espacios verdes que ya tenemos en la zona donde vivimos. Nuestros resultados nos tendrían que animar a salir y pasar más tiempo en los parques y jardines que tenemos al alcance a nuestro alrededor.
¿Y qué les dirías, como especialista en la materia, a los urbanistas? Nuestra investigación hasta ahora sólo se limita a dos pequeños estudios, y necesitaremos evidencias mucho más sólidas antes de poder asesorar las políticas de planificación urbanística, considerando la enorme inversión que ello supone. Pero los resultados que hemos obtenido alientan la idea de que planificar más espacios verdes puede comportar beneficios para la salud pública. Se debería animar a los urbanistas a pensar en las áreas verdes como parte de una provisión de salud pública para la sociedad.
Por Anna Boluda Publicado en fundrogertorne.org