En la anterior entrada comenzaba a exponer los virus que, a mi juicio, han infectado al Sistema de Servicios Sociales hasta llevarlo al borde de su desaparición. Hoy continúo con algunos de ellos.
- La iniciativa privada es más ágil y más eficaz en la prestación de los servicios sociales.
Combinado con el que os contaba en la pasada entrada, este virus tiene consecuencias absolutamente letales. Cuanto más deteriorado está el Sistema, más oportunidades existen de que quede parasitado por entidades privadas.
Poco a poco, la complementariedad o subsidiariedad en las actuaciones se convierte en sustitución. Lo que antes se hacía desde la administración pública pasa a hacerse por medio de entidades sociales o mercantiles.
Otro día os daré una receta para convertir servicios públicos en privados. La he visto realizar en muchas ocasiones y me parece infalible. Para otra entrada.
Como muestra de la virulencia de este virus (valga la redundancia), os pondré un ejemplo. Actualmente en Aragón se ha comenzado el proceso para la elaboración de una Ley que regulará las entidades, centros y servicios sociales de titularidad privada. En principio es una buena noticia, pues responde a un mandato (durante años incumplido) de la Ley de Servicios Sociales de Aragón. El problema es que se prioriza este proyecto por encima de otros a los que la Ley también obliga; por ejemplo la regulación de las prestaciones económicas y de la renta básica en Aragón, o la reglamentación de los Servicios Sociales Generales.
Esta priorización deja a mi juicio muy claro por donde va el tema. Qué es lo importante y qué es prescindible para este gobierno. Regular (veremos que para dar más cancha) a los servicios sociales privados mientras se dejan morir de inanición a los servicios sociales públicos.
Si con el anterior virus el tratamiento era difícil, con éste me parece imposible. Está demasiado extendido como para que podamos ya controlarlo.
Estos son, a mi juicio, los dos virus más letales. Hay unos cuantos más, creo que menos peligrosos pero que pueden producir también graves complicaciones. Por ejemplo el que plantea que
- Todas las situaciones de sufrimiento humano son enfermedades que tienen un origen genético o biológico y su único tratamiento el médico y farmacológico.
Ello excluye cualquier abordaje de una situación de malestar desde el ámbito psicológico, y mucho menos desde el relacional o social. Por ejemplo, un niño con problemas de comportamiento será diagnosticado de Déficit de Atención y, con mucha probabilidad, medicado. Difícilmente se estudiará su entorno social o familiar, ni se considerará éste como objeto de intervención. A un adolescente con problemas de absentismo tal vez le será colocada la etiqueta de fobia social y si se mete frecuentemente en líos trastorno límite de la personalidad.
En cualquier caso se producirá una psiquiatrización de la problemática y se obviarán las intervenciones que podrían (deberían) hacerse desde el sistema de servicios sociales.
Para quien esté interesado, os adjunto el prezi que hice para el taller. Lo titulé ¿Cómo hacer un diagnósticorelacional y no morir en el intento?
En fin, como os digo, aún hay más virus. Por ejemplo, el que dice que el dinero o el empleo, por sí sólos, son suficientes para conseguir la inserción social de las personas., o ese otro que plantea que los Servicios Sociales deben solucionar lo que los demás sistemas públicos de protección social no pueden hacer. No voy a desarrollarlos aquí para no cansaros con tanto virus. Además, seguro que vosotros también habréis descubierto unos cuantos.
Os invito a que los compartáis en los comentarios.