Eso me queda claro, luego de que se anunciara que la mitad de la Línea 12 (sí, la que inauguró al vapor Marcelo Ebrard, apenas en octubre de 2012) se va a cerrar para hacer trabajos de reparación. Básicamente las vías estaban mal instaladas y las vidas de los pasajeros estaban en peligro, algo que no se avisó desde las autoridades, sino que tuvo que ventilarse en un medio de comunicación.
A partir de inicios de este año, el ciudadano paga 2 pesos más por el boleto del metro, con la promesa de que se reincorporarían nuevos vagones, se instalaría sistema de ventilación, y los tiempos de espera serían menores. Hasta el momento, yo no he notado ninguna diferencia, e incluso hace una semana tuve que esperar 30 minutos (literal, no exagero) en la estación Auditorio a que llegara el metro. Obviamente no hubo ningún tipo de explicación ni disculpas.
La semana pasada, también debo mencionar que en el tramo Tacubaya-Observatorio, realmente pensé que el vagón se iba a descarrillar y voltear. A mitad del trayecto, el vagón se comenzó a balancear de manera violenta de un lado a otro.
Este martes también se anunciaron retrasos en las líneas 3 y 4, por más fallas técnicas. ¿Cuántas fallas más no dará a conocer el Gobierno del DF y el Sistema Metro, y que también ponen en riesgo la integridad de los pasajeros?
¿Habrá que esperar un accidente realmente grave (recuerden la evacuación por sobrecalentamiento en un vagón, que pudo terminar en tragedia) para que haya una reacción? Por cierto, para ese entonces podría ser ya muy tarde para el PRD en el Distrito Federal… y para muchas personas.