Masacre de lobos en Cantabria

Por Davidalvarez
Tres cachorros muertos el 1 de diciembre de 2013
Hace unos días, un lector del blog me escribió para comentarme los detalles de las matanzas de lobos que desde hace tiempo se vienen realizando en Cantabria, y cuyo episodio más macabro se conoció a principios de este mes, cuando seis animales de la misma manada fueron masacrados en Camaleño, en el límite del Parque Nacional de Picos de Europa. Una semana antes, otros tres ejemplares del mismo grupo fueron también asesinados en otra cacería.
El lobo puede cazarse en Cantabria, aunque legalmente sólo se puede matar un animal por cada cacería de jabalí y esto fue lo que declararon los cazadores. Los cinco cadáveres restantes, que son los que aparecen en las fotos, fueron abandonados a 50 metros de una pista forestal, al pie de un acebo y los cazadores ni siquiera se molestaron en taparlos o enterrarlos, lo que da una idea de la impunidad de la que gozan estos delincuentes en esta comunidad. Allí fueron encontrados y fotografiados por unos vecinos de la zona que prefieren guardar el anonimato.
Tres cachorros muertos el 1 de diciembre de 2013
La manada masacrada en estas dos cacerías contaba antes del otoño con 11 ejemplares y destacaba por pasar casi desapercibida, ya que su alimentación se componía principalmente por ungulados salvajes y carroña, con un significativa presencia de jabalí. Como muestra de esta escasa incidencia sobre los animales domésticos, hace dos veranos, en los puertos de San Glorio recalaron más de 5000 ovejas trashumantes, que se encontraban convenientemente pastoreadas, en un lugar que se encontraba a menos de 500 metros de donde habían criado los lobos. En todo este tiempo no se produjo la muerte de una sola oveja achacada a los lobos.
Macho alfa matado el 1 de diciembre de 2013
Tal como comentaba al principio, la masacre comenzó el día 27 de octubre en los montes de Cosgaya en la que los cazadores declararon que habían abatido un lobo subadulto, aunque según comentarios "off the record" de los propios cazadores, realmente se mataron tres animales y se controlaron, aunque no se llegaron a matar, a los otros miembros de la manada.
Los cazadores no se quedaron satisfechos y el 1 de diciembre se organizó una nueva batida de jabalí, aunque en realidad el objetivo era acabar con el resto del grupo. Se batieron las laderas del Pico Jano, donde se sabía que la manada pasaba los últimos inviernos y se cazaron seis ejemplares, aunque por supuesto sólo se declaró la muerte de uno de ellos y de 8 jabalíes. Los seis ejemplares abatidos eran un macho adulto que pesaba entre 40 y 50 kg (probablemente el macho alfa), dos subadultos y tres cachorros del año.
Fotografía filtrada en las redes sociales
Esta matanza nunca se hubiera conocido si no se hubiera filtrado en las redes sociales una foto de los 5 ejemplares no declarados. Ya se sabe que a muchos furtivos se les descubre porque no son capaces de mantener en secreto sus fechorías ya que sienten la imperiosa necesidad de alardear de sus delitos. La filtración de esa foto, seguramente realizada al terminar la cacería, activo la búsqueda de los cadáveres, que finalmente fueron encontrados por los vecinos mencionados anteriormente, aunque oficialmente figuran los agentes del Seprona y los guardas de medio ambiente como los descubridores de los cadáveres (1).
La persecución a la que está siendo sometido el lobo actualmente en el norte de la Península Ibérica no tiene precedentes desde los tiempos oscuros de la caza de alimañas. En el Principado de Asturias se ha aprobado la muerte de 90 lobos este año, que serán abatidos por personal de la guardería de Medio Ambiente ya que no es una especie cinegética, aunque la Consejería de Agroganadería ha propuesto (para minimizar gastos) y que sean los cazadores los que se encarguen de "ese trabajo". Hay que destacar que esta propuesta ha sido aplaudida por el resto de formaciones políticas del paralmento asturiano. En Castilla y León, donde la especie se puede cazar en batidas de jabalí, se ha aprobado un cupo de 137 ejemplares en la temporada 2013-2014. En Cantabria, la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Biodiversidad no parece tener un cupo concreto asignado y ordena las batidas cada vez que justifica un daño, aunque numerosos estudios han demostrado que sin el empleo de técnicas genéticas es prácticamente imposible distinguirlos de los daños producidos por los perros.
Varios grupos ecologistas han denunciado esta última matanza ocurrida en Cantabria y la Fiscalía ya se encuentra investigando los hechos. Asimismo ha trascendido que el Seprona ha contactado con los cazadores implicados para tomarles declaración. La eliminación de una manada como la de Liébana, supondrá un grave trastorno para la estabilidad del ecosistema, ya que al alimentarse mayoritariamente de ungulados salvajes y jabalíes era una pieza fundamental para el control de sus poblaciones.
Es necesario que la justicia tome las medidas necesarias para que estos hechos no se vuelvan a repetir, y están deben pasar necesariamente por la aplicación de sentencias ejemplarizantes que disuadan a estos delincuentes. Ojalá la justicia no nos vuelva a defraudar.
(1) Información remitida por un lector que prefiere guardar el anonimato.