De clara de huevo: Su rico contenido en colágeno produce un efecto tensor y es muy sencilla de preparar. Bate una clara de huevo a punto de nieve y extiéndela sobre el pecho en forma circular, evitando el pezón, deja que actúe unos 20 minutos, luego retírala con agua tibia en la ducha. Puedes añadir una cuchara de infusión de cola de caballo tibia o fría, que ayuda a combatir la flacidez y regenera la elastina, o una cucharada de miel que aporta suavidad.
Después de la ducha puedes aplicar frío con la ayuda de un cubito de hielo envuelto en una tela o con gasas humedecidas como te explicaba en un post anterior. Puedes utilizar esta mascarilla una vez a la semana, y siempre después de su aplicación hidrata tu piel con una crema o aceite.