Fue menos parejo de lo que se pensaba. Así, se puede definir brevemente a la consagración del escocés Andy Murray [4] en el Masters 1000 de Shanghai, China, en donde el británico lo barrió al suizo Roger Federer [3] por 6-3 y 6-2 , en tan solo una hora y 25 minutos de partido.
Más allá de que el helvético venía de realizar un muy buen partido frente al serbio Novak Djokovic [2] en semis, lo cierto es que el nuevo campeón accedió al partido decisivo con un tenis de alto vuelo, como el mostrado ante el tandilense Juan Mónaco en el encuentro previo a la final. Por eso, todo hacía presumir por la paridad de los dos jugadores, que el set inicial sería muy trabado.
Sin embargo, el comienzo tuvo a un Murray con el 80% de sus primeros servicios ganados. Además, el británico fue muy efectivo a la hora de los quiebres, puesto que no le permitió a Federer aprovechar las dos oportunidades que tuvo; mientras que él si pudo concretar las suyas, en dos sobre cinco ocasiones.
En el segundo, el número 4 del mundo siguió firme, y aumentó la cantidad de tantos ganados con el primer saque, que subió de un 80% a un un 85%. Mientras tanto, el suizo mantuvo un nivel regular, pero no logró plasmar los chances de break (que en este set fueron cuatro), para llevar las cosas a un tercero.
Murray generó tres posibilidades ante su rival, a quien terminó robándole nuevamente el servicio en dos ocasiones. De esta manera, el escocés cerró el juego por 6-2, y así culminó de manera impecable el torneo, en el que no cedió un sólo set.
El jugador de 23 años obtuvo su segundo título del 2010 (el primero fue el Masters 1000 de Canadá); en tanto, con este triunfo alcanzó el decimosexto trofeo en su carrera como profesional.
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Foto: Yahoo deportes