Fecha: 20 junio 2015
Asistencia: 3.000 personas
Artistas Invitados: Jero Romero, Ángel Stanich, Smile, Kiko Veneno, Corizonas, Ilegales, Enemigos
El festival amable que Madrid merece
Sábado, veranito inminente, refrigerios especialmente fríos, Matadero Madrid, Legazpi, amigos conocidos y desconocidos, encuentros casuales, sonrisa perenne, música en directo, Jero Romero, Ángel Stanich, Smile, Kiko Veneno, Corizonas, Ilegales, Enemigos, solete duro que se torna en velada ideal para el paseo en jubiloso regreso a la bat-cueva. ¿Es o no es un día ideal en esta ciudad? ¿Acaso hay un plan mejor?
Porque este año hemos perdido el festival Día de la Música como tal, pero lo hemos celebrado en cualquier caso con la primera edición del Mat Mad Festival, una propuesta muy bien trazada con actividades mañaneras especialmente dirigidas a los niños, que pudieron disfrutar con sus mayores, además, del concierto gratuito de Jero Romero, siempre embaucador a través de sus canciones.
Tras una pausa gastronómica para recargarse de hidratos y todo eso, el Matadero se muestra en todo su esplendor como el agente dinamizador de la cultura madrileña que es y que aún más debería ser, ya con los conciertos de pago, que arranca con el sol en vertical dándolo todo con un Ángel Stanich que siguió sumando adeptos para su causa.
Y en estas, con el fragor de la solanera, una reflexión: ¿acaso no podría tener el Matadero de Madrid un escenario permanente durante los meses en los que la climatología acompaña? Un escenario en el que ofrecer música en vivo, qué sé yo, viernes, sábados y domingos. O los sábados al menos. En hora de aperitivo para que el público pueda ser de cualquier edad. Música en vivo gratuita o asequible. Esta ciudad está preparada para absorber con jolgorio esta propuesta y todas las que se pongan sobre la mesa. Esta ciudad quiere más cultura bien planteada para todos.
Charlas vespertinas que acontecen mientras Smile ponen banda sonora a la paulatina llegada de un público que quiere hacer coincidir su advenimiento con temperaturas más benévolas y el buen rollo inherente a Kiko Veneno, quien deleita al personal con su 'Hace calor', 'Memphis blues' y tantas otras. Un punto de inflexión en el festival pues se acaba esa siempre bonita parte en las que las gafas de sol se hacen imprescindibles mientras el contoneo generalizado se va intensificando inconscientemente.
Con la noche abrazando a los asistentes toman el escenario los siempre infalibles Corizonas, liderados por ese solvente y carismático tándem formado por el sheriff El Meister y su fiel escudero Fernando Pardo. Su rollito fronterizo y arenoso resulto paradójicamente refrescante con las canciones de su disco 'The news today' y algunas de sus habituales versiones, como la magistral reinterpretación del 'Wish you were here' de Pink Floyd.
Sube el volumen aún más con el desafiante macarreo de unos Ilegales tan pendencieros como de costumbre, de regreso después de doce años con nuevo disco, 'La vida es fuego'. A pesar de que el sonido no fue especialmente brillante durante toda la jornada, la contundencia de Jorge Ilegal y sus secuaces golpeó bien duro a los asistentes, que corearon con vehemencia clásicos como 'Soy un macarra' o 'Eres una puta' (interesante binomio que escrito junto resulta inesperadamente divertido e inspirador).
El formato festivalero hace que cada actuación sea como una pildora concentrada que explota en el estómago cual anfeta revitalizadora. Y así, en un abrir y cerrar de ojos, llegamos al broche de la noche con Enemigos sobre las tablas, con el bajista Fino Oyarte felizmente recuperado para la ocasión superando sus achaques de salud, regalando al personal un recital con sobredosis de guitarra y actitud en plan 'esto es lo que somos y os lo vais a papear con gusto'.
Y así, con las guitarras rasgando en plan serrucho infalible, repasaron uno de los cancioneros más celebrados y canallas del rock español, con temas como 'Señora', 'Septiembre', 'Me sobra carnaval', 'Brindis' y tantas otras, hasta el cierre definitivo con 'Soy un ser humano' y 'Todo a cien'. Dando carpetazo así a un festival que, en una ciudad perfecta, bien podría celebrarse varias veces durante los meses de verano. Opino personalmente que todos, músicos y público, nos lo merecemos.