Paseando entre los edificios del Matadero de Madrid (situado en Legazpi, Madrid Capital) este pensamiento aflora en nuestra mente. Es un espacio que se ha reinventado, conservando su apariencia exterior de principios del s.XX, cuando recibía al ganado para su sacrificio y que hoy, manteniendo su arquitectura neomudejar en ladrillo rojizo muy típico de la arquitectura madrileña de aquella época, alberga diferentes manifestaciones artísticas, convirtiéndose en centro cultural. Se entremezclan los viejos carteles de “degüello de animales” en azulejo con acabados industriales, que transmiten la sensación “provocada” de abandono, con exposiciones y manifestaciones artísticas vanguardistas.
El Matadero de Madrid se trasladó al distrito de Arganzuela desde la Puerta de Toledo, cuando debido al crecimiento de la población había quedado insuficiente y demasiado metido en el centro urbano. Entonces llegó a esta zona (Paseo de la Chopera) que era un área principalmente industrial y que contaba con el río y el ferrocarril en sus inmediaciones. Con el paso del tiempo la zona se ha ido convirtiendo en residencial y sus vecinos testigos de la transformación.
Se trata de un terreno extenso en el que se organizaron numerosos edificios para dar servicio a las actividades propias del lugar.
Un paseo central deja a cada lado las diferentes naves, resulta totalmente inspirador el recorrido que mezcla pasado y presente.
Dejarse llevar es importante y entrar en el interior de los diferentes espacios, galardonados muchos de ellos por premios arquitectónicos, es un deleite para la imaginación. Las texturas, los acabados industriales, la estética prima. El vanguardismo y arte contemporáneo se entremezcla en un espacio que se aleja mucho del concepto de un museo.
Una mesa de ping pong, mobiliario de madera donde la gente se sienta con sus móviles, portátiles, un libro… Grupo de jóvenes que encuentra un rincón para jugar a las cartas, alguna paloma despistada, fotógrafos buscando perspectivas, ambientes… Colores, cristales, hierro, ladrillo, carteles, dibujos… Niños, jóvenes, mayores, hombres, mujeres, madrileños, turistas…
La Central de Diseños, un espacio abierto a los nuevos creadores, diseño gráfico, de espacios, de moda… un lugar que alberga unas mezclas inconexas y que en su conjunto armonizan.
El cine también tiene su espacio en la cineteca, que linda con la Cantina, un rincón para tomar algo y disfrutar de proyecciones al aire libre.
Intermadie se encuentra allí también, una organización dirigida especialmente a jóvenes para favorecer la cultura a través de la participación activa. Y al hablar de ellos visualizamos el llamado terrario del Matadero. Al entrar en su interior, se comprende perfectamente el “título” de terrario. Un espacio diseñado por el holandés Anthony Kleinepier.
De la Torre del Reloj a la derecha, encontramos lo que, como comentamos anteriormente, era el Mercado de Abastos. La antigua sala de exposición del ganado y que posteriormente ha sido conocida popularmente como “El almacén de patatas” hoy es un invernadero. Un lugar en el que al entrar el porcentaje de humedad del ambiente asciende hasta el 80% y te puedes sumergir en 3 ecosistemas diferentes en los que disfrutar de la flora característica del clima tropical, subtropical y desértico.
El soterramiento de la M-30 y la construcción del Parque lineal de Madrid Río ha hecho de esta zona un lugar preparado para el disfrute de los habitantes. Un área en el que pasear, que ha convertido en mucho más asequible para el público espacios como el Matadero de Madrid. El Manzanares acaricia su silueta. Dos puentes gemelos comunican a esta altura las dos riveras.
El Matadero de Madrid en los años 70 estuvo a punto de ser demolido. Las nuevas tendencias de la época de conservar edificios antes que destruirlos, y las nuevas ideas, la creatividad y el respeto a la Historia han permitido que haya sobrevivido. En 1996 se clausuró definitivamente, trasladándose sus funciones íntegras a Mercamadrid. Posteriormente y tras varios años, un poco entre todos, se ha conseguido hacer de un lugar como aquel, un exponente de la cultura, un lugar al que acudir y dejarse envolver de la creatividad y la apuesta por “los espacios para el disfrute de la gente” y para impulsar el sentimiento artístico, que en los tiempos que corren cada vez está más ahogado por la rutina…
¿Te apetece dejarte sorprender y seducir por el hoy y ayer en la ciudad en un espacio único? Acércate al Matadero de Madrid.
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